30 de enero de 2012

AMOR EXTREMO

¿Recordáis la película de Denzel Washington en la que como padre se ofrece a morir en la mesa de operaciones y ser donante de corazón para su hijo? Se llamaba Jonh Q. Además de hacernos reflexionar sobre lo maravillosa que es la Sanidad Pública como concepto, nos pone a todos, sobre todo a los que ya somos padres, en la piel desesperada de quien haría cualquier cosa por un hijo. Esa es una prueba de amor extremo. Pero en el día a día, en nuestro andar cotidiano, estamos repletos de pequeños detalles que, en algunos casos, también son pruebas de amor extremo. Os cuento un ejemplo: salida del cole, los peques disfrutan de los últimos rayos de sol en el parque. Eso es incompatible con una atención directa a la merienda, y como el juego tiene tantas proteínas o más que el atún y el chocolate estás ahí, como una estatua, con las meriendas en la mano mientras tus hijos van del pilla pilla a las viandas, de las viandas al pilla pilla. Y entonces te fijas. Son redonditos, oscuros y brillantes al sol de invierno. Te llaman como cantos de sirena, vamos, no te cortes, somos tuyos. Pero no, tú, como Jonh Q estás dispuesto a darlo todo. Así que contienes tus impulsos y los dejas. Por que sí, amigos, tener en la mano los donuts de chocolate de tus hijos, estar muerto de hambre y no darles un mordisco ¡¡¡ también es una prueba de amor extremo !!!

1 comentario:

Elena dijo...

ja,ja,...pues yo no sé, no sé...ummm... demasiado tentador, ja,ja,...bss