31 de mayo de 2013

Y MENOS A ELLAS

Días como ayer me da por escribir sobre la igualdad. Cómo voy a gestionar mis recursos para colaborar en la humilde medida de mis posibilidades. Y no han pasado ni 24 horas y ya he caído en la trampa. Hablando con mi hijo mayor le expliqué que para resolver los conflictos en el colegio nunca había que recurrir a la violencia, que pegar era parte del problema, sobre todo si era una chica. Es decir, concretamente dije: no hay que pegar nunca y menos a una chica. A parte de que es una tontería en sí misma, si es nunca, sobre el sobre todo, en realidad va en contra de mis principios. Esa discriminación positiva es en realidad negativa, porque lo que pretendo explicar a mis hijos es que niños y niñas iguales son, así que si no hay que pegar, no hay que pegar y poco importa si es chico o chica. Lo sé, socialmente está bien visto esa deferencia para con las mujeres (¡ las mujeres y los niños primero) pero lleva implícito una consideración de inferioridad que supone más gasolina para la discriminación. Soy consciente de que me cuesta explicarme, pero no perderé la esperanza de hacerlo ¿qué me queda si no?

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