19 de julio de 2011

FRASE

Voy a regalar una frase y que le den por donde amargan los pepinos a la SGAE. No pienso ni registrarla, ni patentarla, ni reclamar derecho alguno sobre ella. Será un agente literario libre, el linux de la literatura. Quizá no sea una gran frase, tal vez ninguna novela coronará su grandeza con ella y no sea más que el recurso de un escritor de segunda con aspiraciones, pero ahí la dejo, para ti, para que la utilices, para que la hagas tuya, para que la fagocites y la vomites en tus escritos, en tu blog, en tu relato, en ese personaje que tienes mudo de tu próximo corto. Será hermosa, cuando menos, porque será libre, y en estos tiempos que corren es un privilegio que no pienso robarle. La frase es una metáfora sobre ese momento tan curioso en el que se te empañan las gafas. Los que las usan a todas horas, sobre todo, sabrán de lo que hablo. Ese calor que viene de abajo, se te mete entre el cristal y los ojos y empaña tu visión. Eso puede ocurrirte cuando de momento se te presenta una persona frente a tí, conocida o no conocida, de golpe te suben unos calores intensos de abajo y lo que se te empaña es el corazón. Ahí la dejo, ese es mi regalo anti-sgae: se me empañó el corazón al verla. Es tuya, róbamela.

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