27 de julio de 2011

CUERPOS VS ALMAS

Me han reciclado. Tenía el título de socorrista desde hace tanto tiempo que la gente por aquel entonces se moría en blanco y negro. Pero soy el responsable de primeros auxilios en mi oficina en caso de emergencia. Esto ha hecho, en primer lugar, que buena parte de la población femenina de mi empresa haya despertado un inusitado interés por mi salud bucal y que otra parte, la masculina, me haya advertido que si se diera el caso y no está muy grave, mejor que esperemos a los servicios de emergencia. Pero, por otro lado, también he hecho un curso básico de primeros auxilios que me ha servido para recordar y también para aumentar mis conocimientos. Cuestiones que son básicas para salvar una vida, entender que no somos médicos, que estabilizar y proteger es lo fundamental, para ganar tiempo, siempre avisando a emergencias, dando todos los datos necesarios para la identificación del tipo de emergencia y el lugar. Tener conocimientos suficientes par poner un cuerpo inconsciente en una posición de seguridad, saber que nunca hay que sacar un cuerpo extraño (hierro, cuchillo...) o poder poner medios para intentar reactivar un corazón, son conceptos básicos que cualquier ciudadano medio debería tener. Dicen que la oración salva las almas, pero como Dios es misericordioso y está en todas partes ¿qué os parece dedicarnos primero a los cuerpos? Así propongo la eliminación de toda asignatura vinculada a la religión cambiándola por otra enfocada a salvar vidas: en los primeros años escolares educación vial y después primeros auxilios. Luego, cada uno en su casa y Dios en la de todos (los que quieran), que para eso las calles de nuestros pueblos y ciudades están preñadas de parroquias, sinagogas, mezquitas y demás edificios pseudo divinos. Allí, allí que les enseñen a salvar sus respectivas almas.

1 comentario:

DEIVI35 dijo...

Muy buena idea, y si, mejor nos iría a todos, si supieramos primeros auxilios. Primero, no se nos quedaria cara de idiotas cuando pasa algo a alguien, y te quedas pasmado mirando alrededor para ver quien es el valiente que da el primer paso para socorrer a la victima.