23 de junio de 2011

MUNDOS PARALELOS



Me da la impresión de que Juancar, nuestro king, vive en un mundo paralelo donde todo el mundo es feliz, grita y mueve bandeloras. El resto es lo que sale en la televisión. Porque lo que ve fuera del universo catódico es sus actos oficiales es justo eso, gente que le grita, le vitorea y mueve banderitas rojigualdas al aire. Algo parecido debe ocurrirle a un coche de la Guardia Civil, por ejemplo. Esos vehículos verdiblancos son como el colesterol de las autopistas, un auténtico tapón. Suelen ir a un par de kilómetros por debajo del máximo permitido, con lo que adelantarlo es todo una agonía, se hace tan eterno que en ese interciso la propia pareja de la benemérita puede enamorarse, casarse y divorciarse. Y ellos deben pensar que, salvo excepciones que les obligan a sacar fotos, todos somos conductores prudentes, que vamos justo, justo, a la velocidad que marca la ley. Lo que no ven es que un par de cientos de metros después de ser adelantados, el que más y el que menos aprieta un poquito el acelerador. Lo mismo que le ocurre al Rey, que a unos centros de metros de su mundo de cuento está el mundo real, donde muchos, republicanos o no, estamos hasta las narices. Así que el Rey y los números de la G.Civil comparten ese mundo paralelo donde todo parece correcto.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y mientras ellos viven de puta madre, el resto de los mortales nos volvemos locos para conseguir sobrevivir de la mejor manera posible.

ralero dijo...

Submundos para-lelos.

Abrazos.

Anónimo dijo...

El rey no pinta nada... Es una figura decorativa. Otro lujo que se permite este asqueroso sistema. Desde mi modo de ver, es algo asi como un jarrón u otra figurita decorativa (cara, muy cara) que luce en una puta chavola.

Tan solo resulte más ridículo reclamar a tal adorno la resolución de algún problema.

Vivimos en un sistema cuyo mayor logro ha sido sin duda convertir a los críticos del mismo en peleles inofensivos. Fachada... guiones... mucha critica (pero siempre dentro de lo que es políticamente correcto criticar) poco contenido.

Pues si... Congreguémonos ante el palacio de Oriente.