13 de junio de 2011

LAS COLAS DE LAS DISCOTECAS

Con este título uno está tentado de hacer un artículo de corte erótico, pero no van por ahí los tiros. Después de muchos años, no recuerdo cuantos, volví a hacer cola frente a un tipo fornido con pinganillo. Es cierto que en mi adolescencia el pinganillo era cosa de películas, pero salvo ese detalle y la nacionalidad del portero, el deja vu era inevitable. Incluso caí en la tentación de revisar mi vestimenta en busca del temido color blanco. Es uno de los recuerdos más humillantes de mi juventud, que un portero le diga a tus amigos y a tí que no puedes entrar, que no estás a la altura, con ese eufemismo del "es una fiesta privada". Reconozco que las discotecas no me gustaban ¡pero allí estaban las niñas! Mis amigos por entonces eran todos heavys y escondían como podían sus proyectos de melena, y los vaqueros de "domingo" les quedaban, cómo diría mi abuela, como a un santocristo un par de pistolas. Así que no han sido pocas las veces que he tenido que recular y buscar un garito alternativo en post de la gatita de turno. Siempre me quedaban con las ganas de pedir explicaciones, o como mínimo de soltar una ironía al uso, pero podía más el deseo de encontrar otro sitio y, sobre todo, la musculatura del portero invitaba a pensar que la disputa no iba a ser de corte dialéctico. Y a mamporros tenía todas las de perder.
Pues volví a hacerlo, estuve apenas unos minutos, hasta que el hombretón nos flanqueó la entrada. Ya dentro me dieron ganas de volver a la puerta, a modo de retroactiva venganza, y gritarle al pinganillo ¡¡¡¡ he entrado con zapatillas y calcetines blancos !!!! Otro día hablaremos de lo que nos encontramos dentro y, sobre todo, de las go-go más secas de la historia.

1 comentario:

Lista Discotecas Barcelona dijo...

Calcetines blancos XD Nadie los lleva como Michael...