20 de junio de 2011

EL AMOR EN LOS TIEMPOS DEL CÓLERA



Es una foto tan hermosa, tan poética, que parece impostada y, siendo justos, sus protagonistas unos impostores. Pero ¿qué más da? su carga emocional, ética y reivindicativa está por encima de la rigidez de la verdad. Me da igual que el fotógrafo contratara a dos actores para que se tumbaran en medio del fragor de la batalla entre manifestantes y cuerpos de ¿seguridad? Me da igual que tres amigos que se han conocido por el Twenti lo hayan preparado todo. Será un posado, pero la fotografía me llega. El amor por encima de la incomprensión, de la lucha entre el bien y el mal, entre lo correcto y lo incorrecto, entre el Estado y los ciudadanos, entre la democracia ficticia y la tiranía al acecho. Me da igual. Es una foto hermosa y me gusta. Por eso está aquí hoy. Después sabes que lo que hay detrás de la foto no es una lucha por la libertad, sino por lo que un tipo con patines y sobre hielo acaba de conseguir, y no es la tiranía la que anda al acecho, sino la verdad, que es una desconsiderada. Quizá por eso nos guste tanto el cine, el teatro, la literatura, porque la ficción parece más fácil volar alto.

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