28 de noviembre de 2023

 AYUSO Y EL ENEMIGO: 

Quizá en el entorno en el que más lo aprecio es en el deporte. Hay deportistas o gestores deportivos y sobre todo aficionados, que viven muy cómodos teniendo un enemigo. Y no siempre es el contrapunto deportivo. No, hablo de los mediocres y conspiranoicos que siempre encuentran un culpable ajeno, que normalmente usa silbato, pero no necesariamente. Para mí el top de esta especie es Mourinho. Jamás tiene la culpa, siempre hay un grupo de periodistas, un árbitro, un lo que sea que es responsable de su fracaso. De hecho hace nada hizo un Feijoo diciendo que él había sido el único loco en querer irse del Madrid. En fin. Xavi, por seguir con el deporte, también tiene dejes de este tipo, aunque a él le gusta más tirar de jardinería y de la falacia del jogo bonito frente al resultado. Ese victimismo recurrente es el que me distanció definitivamente del tan divertido mundo del chascarrillo futbolero. Pues en política, tenemos el ejemplo perfecto del mouriñismo: Ayuso. Ha encontrado su comodín. Si algo va bien en Madrid, es por su enorme y esforzada gestión. Da igual el ámbito de las competencias, ella siempre será la que ha hecho que funcione. En cambio, si va mal, es por culpa de la animadversión manifiesta de Sánchez por los madrileños, que siendo él madrileño ya es digno de estudio. Da igual si el fracaso tiene que ver en exclusiva con la responsabilidad autonómica: ya habrá hecho al Perro para que ella no pudiera llegar a la excelencia, donde llegaría siempre si no fuera por el gobierno filoetarra. Debe ser cómodo vivir con un enemigo colchón. Pero como votante ¿no cansa?¿no se espera alguna vez autocrítica o diversificar el campo de la queja? Vuelvo al deporte, creo que el que siempre busca un culpable ajeno esconde sobre todo su mediocridad. En política me da que no es muy distinto. 

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