16 de octubre de 2012

MINUS ¿QUÉ?

Hay muchas palabras para definir las, digamos, peculiaridades mentales y físicas del ser humano. La mayoría de ellas sufren en mismo proceso degradativo: nacen como concepto médico, se generalizan, la población profana mancilla su ecuanimidad con su uso como insulto y termina perdiendo vigencia a nivel médico por respeto al paciente. Pasó con tonto, idiota, loco, subnormal, invalido y un largo etcétera. Hay una que está en proceso de y que a mí no termina de gustarme desde su origen: minusválido. Desde luego menos cercenante que su hermana mayor inválido. Pero ¿por qué va a valer menos?¿qué es el valor y frente a qué un minusválido es menos válido?¿para vivir, para comer, para pensar o para todo al mismo tiempo? Porque si es por eso yo soy minusválido, no sé, para la flexibilidad. Soy lo más parecido a un tronco humano y si llego a tocarme los pies es porque me parten las rodillas antes ¿Soy por tanto un minusválido?¿quién decide las valías que hacen de un minusválido un ser menos válido? A lo mejor peco de arrogante, porque abro la puerta al error sin cerrarla con una solución. Pero si algo me ha caracterizado en este rinconcito es mi sinceridad y la asunción de mis limitaciones. Así que no me gusta el concepto minusválido, aun si saber qué alternativa podríamos encontrarle.

2 comentarios:

Jésvel dijo...

Gracias por tu publicación, Larrey.

Últimamente veo que, no sé si por la crisis, que todo parece justificarlo, se nos vuelve a mirar... (prefiero no calificarlo).

Yo me quedé en personas con discapacidad (tampoco me parece mal discapacitado), lo de "diversidad funcional" suena demasiado a eufemismo.

Larrey dijo...

en 20 años un niño le dirá a otro en el patio, anda, quita de aquí, diverso funcional...