1 de octubre de 2012

MAS (LISTO QUE EL HAMBRE)

Para mí que lo del referendum de Mas (listo que el hambre) es al político catalán lo que a Rajoy Gibraltar. Y aun así me parece una buena idea, pero ojo. Digamos que una nación va a decidir su futuro entre un sí y un no. Sin medias tintas. Una papeleta con una afirmación y una negación y elija usted, oiga. Son 7 millones de habitantes, de los cuales tienen derecho a voto unos 5; porque ni adolescentes menores de 18 ni inmigrantes, por ejemplo, tendrían derecho a. Pongamos un % de participación histórico en el 80%, lo que daría un total de 4 millones de votos. De ese porcentaje que se decide a votar, el 20% se abstiene, mientras que un 50% dice "sí", y un 30% dice "no". Gana por mayoría absoluta el voto afirmativo, que lo representa un total de 2 millones de personas. Al final, el destino de esa nación (pais, ciudad, barrio...) lo decide un 28% de la población. No es una cifra muy vinculante pensar que se va hacer lo que quieren, a lo sumo, 3 de cada 10 habitantes. Y entiendo que la democracia es el más imperfecto de los sistemas, y lo asumimos cada cuatro años. Pero vincular a un voto un destino tan significativo es cuando menos arriesgado. Además, estoy convencido de que esta cortina de humo del referendum y/o las elecciones es una estrategia de Mas, que obliga a posicionarse a los ciudadanos. Ya no van a votar en las elecciones anticipadas a favor o en contra de la continuidad de su nefasta gestión. Ahora el ciudadano pondrá su voto sabiendo o creyendo que vota a favor o en contra de la identidad nacional. No es listo el muchacho. Es todo un pesacador que adora el río revuelto y que tiene pavor a imaginar que el mar algún día se ponga en calma y le toque remar para adelante con todas las miradas puesta en él. No, no es capitán para calmas y futuros verdaderos, es pescador sólo de barullos. Donde hay ruido siempre habrá un Mas que nos gobierne. Porque, no nos engañemos, Mas no quiere la independencia, sino tener un enemigo eterno al que culpar y una quimera que distraiga a los votantes. Y así nos luce el pelo a este país de Góngoras y Quevedos o de Messis y Ronaldos, para ser más modernos. Así nos luce.

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