4 de diciembre de 2023

 ¡¡¡¡ AURICULARES PARA TODOS !!!

Hay gente generosa por demás. Son esos donantes de audiovisuales, que gracias a la universalización de los dispositivos móviles, puedes encontrarte en cualquier rincón de tu ciudad. Proliferan, como las setas en los días de lluvia, sobre todo en el trasporte público. Es una especie endogámica muy común del subsuelo, debe ser que la oscuridad y el traqueteo les sienta muy bien. Da igual procedencia, incluso edad, porque uno tiende de pensar que son más bien jóvenes, pero hete aquí que me encuentro en la sala de espera de un hospital (tema leve deportivo) con una mujer de mediana edad (es decir, medio siglo) con aires andinos que debió faltar ayer a su servicio religioso y ha decidido regalarnos a todos, en su inmensa bondad, una homilía al uso, con su coro y todo. Como soy alérgico a este tipo de donantes, y me falta desparpajo para regalarle mis cascos (maldita vergüenza), no he podido confirmar de qué equipo es (vamos, a que Dios le reza) y no puedo agradecerle a la divinidad correspondiente el espectáculo, porque me he marchado lo más lejos posible que el edificio me ha permitido. Esta gente generosa me provoca urticaria y reconozco que de las cosas comunes que pueden fastidiarte del comportamiento ajeno, de esas que no son graves, ésta, de verdad, es la que peor llevo. ¡Qué le vamos a hacer! 

NOTA ADICIONAL: Me encantaría tener la desvergüenza necesaria para contraatacar con las mismas armas. En este caso, por ejemplo, sentarme a su lado y visitar una página pornográfica y poner a todo volumen los impostados orgasmos. Lo dicho, me sobra tanta vergüenza como ganas. 

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