7 de febrero de 2023

 MALDITA EMPATÍA: 

De la empatía también se sale ¿verdad? Decidme que sí. Más bien del exceso de. Porque ésta se define como la asunción del lugar del otro, que me parece el mantra más cercano a la verdad que un humano puede esgrimir, pero lo mío es el anticipo del dolor. Empatía es ver a alguien darse un golpe y sentir su dolor como tuyo. Lo mío es pensar que se va a tropezar, y sentirlo antes que él. No es broma. Evidentemente no me ocurre siempre, que sería insoportable, pero en muchas ocasiones asumo los malos momentos de los demás, no con carácter retroactivo, sino lo contrario. Me pasó ayer. Os resumo: llegamos pronto al teatro. En la fila delantera se sientan desde el centro hacia la izquierda, tres chicas, dos huecos libres y dos chicos. Eran todos del mismo grupo. La rubia, jefa a todas luces, le dice a los amigos que se sienten a su lado, que cuando lleguen los ocupantes de los asientos intermedios les explicará la situación. Claro, estamos hablando de que los asientos desplazados tenían peor visibilidad, con lo cual yo empecé a visualizar la discusión, imaginando que es una pareja, que uno de ellos dice, ah, sí, vale, nos ponemos aquí, y la parte contratante dice que no, y se produce ese silencio de vaya tikismikis, y bueno, pues eso, anticiparme, sin más, al mal momento. Estaba deseando que llegaran y se solucionara, porque la empatía me corroía por dentro. Llegaron y como estaba previsto, no aceptaron el cambio, así que 3 / 2 / 2. Sin malos momentos...Eso sí, la rubia, la jefa, en ningún caso sugirió que el grupo de cinco se moviera en bloque, para estar juntos, y dejar las más centradas a los desconocidos. No, eso no entraba en sus planes. Unos tan tontos y otros tan poco. Perdón, en qué estaría yo pensando...unos tanto y otros tan poco...empáticos, quería decir. 

No hay comentarios: