20 de noviembre de 2012

LA SAGA CREPÚSCULO

He visto ya 1,5 películas de la interminable (no por duración...) saga de Crepúsculo, así que tengo somnolencia de causa para hablar de ellas. En esencia es la historia de un vampiro que va al instituto y, como dice Ernesto Sevilla ¡¡¡ por el día !!! y se enamora de otra adolescente. Pensaba que no podría parir el celuloide un actor más malo que Nicolas Cage, pero estaba equivocado. O si la inexpresividad y la nula capacidad para transmitir forman parte de la idiosincrasia de Edward Cullen, entonces Robert Pattinson es el Marlon Brando del siglo XXI. No seré yo quien pida rigor en una historia de vampiros, que partimos de la base de que estamos hablando de tipos que no mueren nunca (¿ni aunque fueran triturados por una picadora de carne?) y que se alimentan de sangre humana. Menudo peligro los centros de transfusión, ni Fort Knox sería suficiente. Pero hay cosas que chirrían aunque creas que el Conde Drácula debiera salir en los libros de historia. Porque en esta historia hay además licántropos, lo que vienen siendo hombres lobo. Y el tipo que lo interpreta es un adolescente enfermo, vamos, que tiene una alergia que le llena el cuerpo de bultos. Que con lobos así entiendo en empecinamiento de Caperucita por ir a casa de la abuelita por el bosque. Y claro, como la historia va a lo que va, pues este mozuelolobo tiene la costumbre de pasearse en pantalones vaqueros y sin camiseta por el bosque y ¡por el pueblo! Y lo mejor de todo es que quiere guardar el secreto de su situación. Coño, que es más discreto Lobezno con sus garras bailando a lo Pulp Fiction. La protagonista, que no es tan hermosa como sus alter egos masculinos, sobreactua un poco en algunas escenas. A Kristen Stewart se le adivinan ciertas reticencias a dar por terminados los abrazos al lobo descamisado. Viendo al muchacho mi pareja entiende perfectamente el papelón de la muchacha que ha separarse de él por exigencias del guión. Me da que en alguna escena después del ¡corten! tuvieron que llegar los antidisturbios para disolver el abrazo. Y de la historia poco más os puedo decir. Que mi pareja siente una extraña atracción por este película que la obliga a dejar la televisión en el canal y contra toda lógica tratar de tragárnoslas con anuncios y todo. Si esto no es amor, que venga el vampiro y lo vea.

2 comentarios:

CARPE-DIEM dijo...

jajajajaja, entiendo a tu pareja,Larrey...la entiendo perfectamente,jajajaja.
Abrazo.

0304 dijo...

Carpe, ¡ la entiendo hasta yo !