19 de noviembre de 2012

ISRAEL

Lo reconozco, siempre me dio pereza el asunto Israel-Palestina. Y como profesional de la historia que debería haber sido mi delito es doble y asumo la culpa. No es fácil posicionarse porque la verdad es farragosa y partidista. Y lo digo con conocimiento de causa, estudié mi carrera cuando se cumplían casi 20 años de la muerte de Franco y aun encontré manuales en la biblioteca de la facultad que hablaban de Paquito Rana como el salvador de la patria frente a la invasión comunista. Por eso recelo de las posiciones radicales. Y aun desde la neutralidad, hay que radicalizarse ante lo que parece un genocidio. Yo lo veo de un modo muy simple: un estado que responde a la violencia terrorista con más violencia no es sino un estado terrorista. Y lo triste, preocupante y que nos genera a la mayoría nauseas, es que en este juego de te vas a cagar, al final los que terminan perdiendo son los inocentes. Y sabemos que el odio engendra odio, y cuando ves que quien lo alimenta sigue y sigue, lo más lógico es pensar que le sale rentable. Sigo pensando que un grupúsculo terrorista viene bien a un gobierno invasor, porque justifica la violencia y las medidas drásticas. Pero es como si el gobierno de España hubiera respondido a un atentado de ETA bombardeando Baracaldo. No hace falta hablar de historia, ni recordar lo que el pueblo israelita ha sufrido en el pasado más reciente. O sí, tal vez por eso, para no repetir la historia con los papeles cambiados, hay que pararle los pies a Israel, más que pararle los pies, atrofiarles los cañones haber si así se le enderezan las entendederas. La comunidad internacional no puede dar palmaditas en la espalda ni reirle las gracias. No podemos permitirlo. Después hablaremos del resto. Porque para hablar, lo primero, hay que seguir vivo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es duro, pero cuando el estado terrorista, es uno de los protegidos por EE.UU. Y de los mas ricos del planeta, se hace difícil parar los pies, o los tanques, a lo que se presupone va ha ser una masacre.

Por otro lado ya es casualidad, que siempre pasen estas cosas 3 ò 4 meses antes de que se celebren elecciones en Israel, es como si tuvieran que demostrar a su pueblo que siguen teniendo mano dura, y que no van a dejar que se escape ninguna rata del agujero que es Gaza.