11 de abril de 2012

LO DE SIEMPRE

Imaginad. Una asociación republicana que se llamara, por ejemplo, PRO3RE (me lo acabo de inventar). Esa asociación cumple todos los requisitos relativos a las subvenciones estatales para organismos no gubernamentales (ONG) y por tanto recibe un capital por parte del gobierno. Un día, su presidente, decide dar una rueda de prensa y en ella arremete contra el Rey, la monarquía y todo bicho viviente que él, y sus correligionarios, consideran los verdaderos cánceres a extirpar. La fiscalía actuaría de oficio. No sólo esa asociación quedaría tan en entredicho que muy probablemente perdería sus financiaciones públicas, sino que el presidente de la asociación tendría que responder ante la ley y, quien sabe, si con su propia libertad. En cambio, si eso lo hace un tipo con gorro de pico, en un púlpito, con un crucifijo a su espalda y por la televisión pública, da igual que los términos expresados sean igual de anticonstitucionales (la libertad sexual viene reglada en nuestra Carta Magna) que el anticonstitucional parlante se irá de rositas y hasta aplaudido por parte de judicatura si estos entre manos no tuvieran algún expediente contra algún juez antifranquista. Llegados a este punto me parece ridículo, draconiano e infantil pedir una sociedad laica. Soy como los defensas que persiguen a Messi, tengo que resignarme. Pero por lo menos podríamos pedir una sociedad más justa, donde por tener a un Dios por bandera no pueda uno ir por ahí soltando bravuconadas. Pero claro, viendo lo poco que le cuesta a un cura eludir la cárcel cuando la pederastia es su deporte de riesgo, es fácil entender lo del prelado de Alcalá de Henares.

1 comentario:

Jésvel dijo...

Yo no solo no soy anticlerical, es más soy y me siento cristiano; pero deseo lo mismo que tú que se terminen de una vez las prebendas eclesiales y que, de una vez por todas, se deje de querer imponer una moral "por uebos".

Creo en un estado laico y me gustaría que algún día me explicasen por qué la Iglesia ve en ello un peligro. Nadie habla de arremeter contra la religión, se trata de respeto.