¿EVASIÓN?
Ingiere con fruición la población
civil morbonarcóticos sintéticos
a base de osamentas calcinadas
y de este modo olvida el hombre el hambre, olvida
su vida miserable, la vida miserable de los otros
y, en su encefalograma plano, olvida
los nombres de los perros que lo acosan
y se siente feliz, se siente a salvo
del horno crematorio, de la hoguera
donde, a 800º sobre 0,
arden los huesos tiernos de un futuro
que fue por el pasado secuestrado.
Efectos secundarios: no hay escape;
brotan de las cenizas
jaulas sin corazón, inexpugnables.
1 comentario:
Genial!!!
Por orden del ministerio del interior estamos narcotizados de información policial de un terrible suceso..ante el cual todas las demás miserias que no son pocas...quedan minimizadas.
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