14 de septiembre de 2012

LA ALDEA MUSICAL

Os voy a contar un cuento...
Es la historia de la Aldea Músical. La aldea musical era un rincón municipal y karabanchelero que se situaba en lo alto de una pequeña colina. Era un rincón lleno de sonidos, de sonrisas, de instrumentos, de carreras contenidas, de llego tarde, perdón. Lo gestionaba un grupo de jóvenes músicos, preñados de ilusión. Un lugar donde brotaban los notas musicales y donde los niños, empapados en juegos, se familiarizaban con los pentagramas, las corcheas y las semicorcheas. Un lugar donde lo público era de todos, donde se intercambiaban libros, discos, donde las paredes estaban forradas de cartón para que pudieras pintar y colgaban del techo obras de arte recicladas. Era una lugar en el que tuvimos suerte de encontrarle un rinconcito a nuestro hijo, que lleva tres años alimentando su espíritu con sonidos, timbres, frecuencias y armónicos. Ese lugar, como tantos otros, a la sombra siniestra de la Santa Crisis, empezó a ser acosado por la triste figura del Ente Privado. La dama Inmortal del Consistorio, la Brujita Esperanza, y su amiga eMBotellada, decidieron acabar con aquel reducto de cultura independiente. Aquellas patriotas de pastel sacaron sus armas de sacrificio y multiplicaron, no sólo el desconcierto, sino hasta por tres las cuotas de tal forma que para muchos padres subir la cuesta de septiembre camino de la Aldea Musical iba a ser una auténtica quimera...
No conozco todavía el final de la historia. Pero viniendo del mismo autor que el libro "El patio de mi cole ya es particular" y "Se alquila habitación de hospital para inmigrantes", puedo hacerme una idea. Mientras tanto pequeña Aldea, resiste, estaremos contigo hasta que el bolsillo nos lo permita.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que pena !!! Pero la escuela municipal la gestionaba la escuela de Musica creativa, que también es un ente privado, entonces ahora lo gestiona otra empresa? O simplemente fan subido las cuotas sin cambiar profesorado?
Dori

Larrey dijo...

no lo saben ni ellos, y no es una frase hecha, los de la escuela creativa no tienen idea los pobres, por eso nos reunieron