Hay que partir de la base de que a mí los nacionalismos me parecen como un grano en el culo. Grano por lo diminuto, y en el culo por lo molesto. Y eso condiciona mi visión. En estos días que hemos pasado en Londres hemos visto alguna que otra cosa curiosa. Una de ellas fue justo al lado del Big Ben. Un grupo, que parecía una familia, se hacía fotos con la conocida torre de fondo y portanto una pancarta, nada despreciable en tamaño, con el lema Catalonia is not spain. Y a mí me hizo gracia pensar en esa miseria. Sí, en esa miseria. Después del encaje de bolillos que tuvimos que hacer nosotros para meter en las maletas lo indispensable, me imaginé teniendo que incluir aquel trapo tatuado con el lema nacionalista, y me entró la risa. Sinceramente, y que me perdone a quien ofenda, pero ante la grandeza del entorno y la majestuosidad de la ciudad, la pancarta resultaba ridícula. Yo no dije nada, allá cada cual con su estrechez de miras y, además, ¿quién soy yo para decirle a nadie con quien tiene que vivir? Pero desde luego que viajar a Londres y pasarte el día cargando una pancarta para hacerte la fotito, en fin. Desde que tengo uso de razón he visto con buenos ojos la independencia de quien lo desee. Lo que pasa es que hablando de millones de personas evaluar el concepto "desear" es siempre dejar a una parte desnuda. Pero si soy sincero, me deja indiferente. Cuando convives con un grupo de amigos, y de dinero se trata, siempre hay dos o tres que protestan pensando que ellos ponen como los demás o más, pero no consumen de esto, de aquello o hubieran sabido gestionar mejor el fondo común si les hubieran dejado. Gente que no quiere pagar el plus del cubata porque su cerveza es más barata. Y ahí le doy la razón a los nacionalistas, mi experiencia me recuerda que esas personas son las que terminan viajando solas. Así que seguid así, que creo que es el buen camino para vuestro objetivo. Porque esto lo podremos disfrazar de sentimientos, de lengua, de historia, pero de lo que se trata es de la pela. Así que suerte. Yo a mi hijo traté de explicarle que personalmente no encontraba ninguna molestia a que Catalonia se separara de España. Quizá, hasta que la Comunidad Europea les abriera la puerta, que para visitar a nuestros amigos de Barcelona tendríamos que usar pasaporte. Porque esa es otra, no sé como lo verán los miles, o centenares de miles, o milles de manifestantes de ayer, pero tal vez se imaginan independientes y recibiendo inmediatament los parabienes de la Merkel y la Troika. Sería una buena pregunta, señora Merkel ¿sabe usted dónde está Catalonia?
12 de septiembre de 2012
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