La verdad es que la derrota paralímpica de Pistorius me ha decepcionado mucho. Y no porque otro doble amputado haya cruzado la meta unas milésimas antes que el australiano. No. Me ha decepcionado su actitud posterior. Todavía con el aliento comprometido por el esfuerzo ha corrido a protestarle a los jueces asegurando que las prótesis del ganador, el brasileño Alan Oliveira, no se ajustaban a la legalidad. Los jueces denegaron su protesta, entre otras razones, porque el brasileño tiene que pasar las misma pruebas métricas que los demás previas a la salida, por tanto, de no haberlas tenido, las medidas, digo, hubiera sido entonces cuando lo hubieran descalificado. Oscar, con lo que has luchado tú porque tus prótesis no te hicieran inválido, por lograr que un comité aceptara tu diferencia como una normalidad, ahora que un compañero, por primera vez en décadas, te roba la medalla en los 200, en lugar de aceptarlo con deportividad, ¿tienes que encolerizarte, enrabietarte y tratar de lograr en la protesta lo que tus capacidades físicas no han logrado? No es digno de tu lucha, de tu tesón. Esta pataleta demuestra lo que tanto he tratado de negarle a un buen amigo cuando dice que, todos, absolutamente todos, nos levantemos como nos levantemos, nos vistamos como nos vistamos, somos exactamente iguales...y que pena.
5 de septiembre de 2012
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2 comentarios:
Larrey: he aquí la prueba evidente de que los deportistas, con prótesis o sin ellas, son iguales. Claro que un "olímpico" no podría reclamar que el que le ha ganado tiene las piernas más largas... jeje (eso sí, fijo que alguno no se quedará sin reclamar con cualquier otro motivo... )
Aquí es una de las comidillas de la Villa. Por cierto, Pistorius (vecino de apartamento, ya que vive en la 4) es sudafricano no australiano. Javilo
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