28 de marzo de 2024

 Hoy, otro cuento...y quien sabe si algo más: 

LA ECUACIÓN:

            -¿Te masturbas pensando él?- La pregunta la descolocó tanto que soltó una bocanada de humo preventiva en modo de tos. Entonces se dio cuenta de que llevaba demasiado tiempo, otra vez, hablando de su fisioterapeuta, el joven rubio y alto con el que se citaba dos horas a la semana.

            -Pero Isma ¿cómo me preguntas eso? – El gesto de su novio era más de curiosidad analítica que de otra cosa, pero ella estaba tan desconcertada que no supo leer las líneas de su rostro- Sabes perfectamente que yo no me masturbo…

            Era una mentira a medias, o una media verdad, igual de piadosa. Ismael lo sabía. Y si él sabía, a ciencia cierta, que su novia se masturbaba, era evidente que la mentira se escondía en la otra mitad de la ecuación. Nunca había sido bueno en matemáticas, pero volvió a sentir esa minúscula euforia infantil, la de, por fin, haber resuelto la ecuación. No recordaba, eso sí, que fuera tan triste.

Nota: digo que quien sabe si algo más porque este cuento ha nacido, más bien, como inicio de una novela...

27 de marzo de 2024

 LA LLUVIA Y LA SEMANA SANTA: 

Es una de esas noticias recurrentes, como los niños abriendo los regalos el seis de enero, los turistas abanicándose en agosto en alguna ciudad costera, los atascos de la operación retorno o las fiestas en las puertas de las administraciones de lotería que reparten el gordo en navidades. Me refiero a las lágrimas de los cofrades porque su paso no puede salir a procesionar por culpa de las dichosas nubes y su costumbre de mojarlo todo, costumbre, por otro lado, cada vez menos arraigada en el cielo patrio. Como no soy creyente, no voy más allá, total, la Semana Santa se encaja en plena primavera, que la sangre altera, así que la primavera no hace sino primaverear. Pero ¿y los creyentes? Que yo se que la fe es a la razón lo que la noche al día, pero ¿no se hacen preguntas? Porque da igual abril, que marzo, que ellos cambian las fechas y las nubes, erre que erre, tronando. Vamos, yo, visto lo visto en estos últimos cincuenta años de vida, me da que a su Dios gracia, lo que se dice gracia, no le hace mucha eso de los paseos en volandas de figuritas de porcelana con matos brillantes o musculados sangrantes arrastrando una cruz a lomos de velludos soldados y su cabra, por no hablar de los encapuchados y sus cirios. Que a las pruebas me remito, blanco y en botella...jabón de lavadora.



26 de marzo de 2024

 Hoy en modo cuento...

LAS NOTICIAS:

            Habían logrado pasar de puntillas por la actualidad durante todo el día. En el fondo no suponía tanto esfuerzo, bastaba con el hastío previo, no mirar las notificaciones del móvil, usar música enlatada en el coche y poco más. Del resto se había encargado la rutina: la salida del colegio, el atasco, la compra, las extraescolares, los baños, la cena. Rutina. Bendita rutina. Pero su conciencia no les permite pasar de puntillas por un día entero, así que claudican en la cena, ya a última hora, con el telediario 24 horas, el más aséptico y asumible. Cuando apuran las últimas cucharadas de la sopa recalentada que los gemelos se han negado a terminar, la presentadora anuncia la terrible noticia del atentado en Rusia. Las cucharas se quedan unos segundos paralizadas en el aire, el líquido amarillo humeando, al ralentí. Las imágenes son cruentas, y la cifra de muertos se acerca a los 120. Se miran en silencio, auditando su tristeza. Es una barbaridad que les ha helado la sangre durante unos minutos. Después, suspiran mientras la presentadora pasa a otra noticia. En el asedio de Israel a Gaza se contabilizan, en la jornada de hoy, cerca de setenta muertos. Pero las cucharas, estaba vez, no se quedan suspendidas, y aunque lo han escuchado, no han necesitado ni cambiar el gesto; y cuando la misma presentadora les hable de los muertos en la invasión rusa de Ucrania, ellos ya estarán hablando de la gestión el día de mañana…

Nota del autor: este cuento está basado en hechos reales. Y tiene su dosis ácida de autocrítica. Pero no alude a la insensibilidad, sino al rodillo, y a como el ser humano sobrevive a sus propias circunstancias y al dolor. Por eso somos la especie más tozuda de la tierra...

25 de marzo de 2024

 Con humor, aunque no tenga mucha gracia...



21 de marzo de 2024

 Hoy, ración doble por ser el día internacional DEL SINDROME DE DOWN...




MORTADELO Y FILEMÓN HECHOS PERIODISTAS:

Según el jefe de prensa de la presidenta de esta nuestra comunidad, dos periodistas encapuchados intentaron entrar clandestinamente en la vivienda que ésta comparte con su delincuente fiscal (no lo digo yo, lo dice su abogado) pareja. Y digo intentaron porque, al parecer, no fueron capaces de hacerlo. En el camino, un arrojado portero, porque hay que tenerlos bien puestos para ponerse delante de dos tipos encapuchados, por muy profesional que sea uno, digo, que no lo lograron porque el portero los pilló infraganti. Y cabe pensar ¿cómo sabe Miguel Ángel que los encapuchados eran dos periodistas, en concreto, de elDiario.es? Pues porque el portero, una especie de superhéroe con escoba, no solo los detuvo, sino que los interrogó, con tanta eficacia que los encapuchados, sin quitarse la capucha, amedrentados por la fregona sucia, confesaron de dónde venían. Y uno se pregunta, ¿cómo pueden ser tan tontos? No digo de confesar, que a saber que estratagemas paramilitares conoce el portero, que he visto muchas películas de Liam Nelson como para creerme cualquier pasado castrense, sino porque si tienes la intención de decir de dónde vienes, a la mínima, y a qué...¿para qué sudas y pasas el mal rato del pasamontañas? Con el cambio climático este tipo de decisiones son muy relevantes, que luego la piel sufre. También cabe preguntarse como los dirigentes del periódico no hacen un psicotécnico mínimo para contratar a sus profesionales. Eso o pedirles a los fabricantes de mentiras que se lo trabajen un poquito más, que hay decenas, sino centenares, de guionistas de Netflix en paro esperando oportunidades para crear. Un poquito de rigor en los bulos o acabaremos escuchando que Irene Montero ha vendido su casa de Galapagar para comprarse un ático como el de Ayuso...¿o eso ya lo hemos leído?


20 de marzo de 2024

 SEGUIDORES DE PUTIN: 

No sé si te pasa a ti, pero estoy como hipnotizado por las imágenes. No paro de mirarlas. En modo foto y en los muchos videos. Los miro a ellos. No al dictador, sino a los que hay detrás, en los muchos planos. Es algo que me pasa siempre cuando un líder habla y detrás hay un grupo de acólitos celebrando sus frases. Me encanta ver como asienten y como entran al trapo en las subidas de tono para los aplausos. En fin, disfruto de su profesionalidad en el papel de afiliado del partido. Pero esta vez, ay, que las caras me han parecido otras. El mensaje corporal no me parece el mismo. De hecho, advierto recelo, y por mucho que lo miro, una y otra vez, no cesa esa impresión. ¿No os parece a vosotros que resultaría creíble imaginar que tras los fondos ocultos hay un par de batallones con las armas cargadas...y que ellos lo saben?



19 de marzo de 2024

LA PARTE DÉBIL:

Si tú, yo y sobre todo cualquier persona con responsabilidad en la seguridad, se encontrara con alguien erguido en la barandilla de un puente, con la intención de lanzarse al vacío, estoy seguro que, en la medida de sus posibilidades y conocimientos, tratará, contra la propia voluntad del suicida, incluso si es mayor de edad, evitar que se quite la vida. No tengo la más mínima duda. Por sentido común e incluso, dependiendo de las circunstancias particulares, por profesionalidad. Porque la sociedad, en su conjunto, debe tratar de proteger la seguridad de todos sus integrantes, independientemente de sus circunstancias particulares, y no debe permitir que nadie haga daño, ni tampoco se haga daño a sí mismo. Por eso, siguiendo esta lógica, creo que las instituciones competentes deben darle una vuelta al asunto del régimen de visita de los maltratadores para con sus hijos. Usemos el último y lacerante caso de la violencia vicaria para impulsar un cambio que las circunstancias están pidiendo a gritos. Da igual que la madre considere que el padre puede cambiar, que tiene derecho a ver a sus hijos, que tenga miedo, que tenga pena, igual que un suicida al borde del precipicio, puede no ser consciente de sus propias circunstancias y del peligro de ese maltratador para con ella y, sobre todo, para con sus hijos. No importa la opinión de la maltratada, perdonad la crudeza, prima su seguridad y la de sus hijos. Y considero muy, muy importante terminar con una verdad que yo convierto en axioma y me gustaría, e incluso espero, que asuma la sociedad al completo, como primer paso al cambio definitivo: ningún maltratador puede ser buen padre. Ninguno. Jamás. Nunca. Y para este principio en ningún caso habrá excepciones. 

18 de marzo de 2024

 ES EL CAPITALISMO: 

Hay una especie de revuelo moral, con el caso Koldo y con el de la pareja de la inclasificable presidenta de esta nuestra comunidad. La geste se rasga las vestiduras apelando a la moralidad, porque este tipo de personas, y otras muchas que lo hicieron dentro de la legalidad y que por eso no se cuestiona, se enriquecieron mientras el mundo entero se estremecía por un dolor y un miedo global sin precedentes. Pero yo no veo nada nuevo, es la misma historia de siempre. Los que se enriquecen con la guerra, con la muerte, con el dolor ajeno bajo el paraguas del libre mercado ¿no está, sino, alcanzando el olimpo del capitalismo? En eso consiste, en saber sacar tajada de la situación, en aprovechar las debilidades ajenas, el miedo, la ingenuidad, lo que sea, para meter la cuña y colar tu producto, lo más caro posible para aumentar beneficios que, como sabemos, nacen de la diferencia entre los costes de producción y su retorno en forma venta. Las moralidades son para los filósofos y los perroflautas que deben vivir, no conviene olvidarlo, en pisos alquilados en barrios pobres o incluso en habitaciones en casas con baño compartido. Yo no me sorprendo de la inmoralidad del capitalismo ni de sus practicantes. Lo estudié en su día y mi propia existencia le da la razón a mi formación académica. No entiendo, ni entenderé jamás, al peón, al obrero, al currito que lo defiende. Pero eso ya entra en el ámbito de mi cojeras. Lo demás...es el capitalismo, amigo, es el capitalismo. 

12 de marzo de 2024

 AYUSO Y LA RESPONSABILIDAD: 

Yo, dueño de este pequeño espacio de libertad y cojera, no considero que Ayuso tenga responsabilidad directa sobre las posibles tropelías o inmoralidades cometidas por su hermano. Al fin y al cabo, un hermano no se elige. La actitud frente a ello ya es cuestionable, y cada uno afronta las cosas como quiere o como pude. Esa es otra historia. En cambio, una pareja sí que la eliges. Decides emprender un viaje conjunto, para lo bueno y para lo malo. Se ponen las cartas sobre la mesa y se decide. Aquí el avestruz no encuentra agujeros y uno no puede escabullirse de su responsabilidad. Y parece ser que la pareja de la presidenta de la comunidad de Madrid tiene por ahí un pequeño fraude con hacienda de unos cientos de miles de euros, vaya por Dios que casualidad más rimbombante, durante la pandemia. Por cierto, me pregunto a qué hora han quedado los garantes de la democracia para hacer un escrache en la puerta de la vivienda de esta pareja cuyo coste, por lo visto, supera el millón de euros. ¿O solo es ilegítimo que los perrosflautas con responsabilidades de gobierno busquen vivir lo mejor posible? Volviendo a la pareja presuntamente defraudadora ¿Qué hará Ayuso cuando empiece a saberse? Pues imaginad, seguirá todos los pasos del duelo político, desde la negación, a la indignación, a la conspiración planetaria urdida por Pedro Sánchez, quien tiene un poder omnímodo para hacer el mal, al parecer, porque es como Dios, está en todas partes. Y si la cosa se tuerce mucho, si las evidencias son muy evidentes, si el pecado es muy pacaminoso, si la culpa muy culposa, pues el pobre muchacho, en dos telediarios, pasará a ser ese señor del que usted me habla. Al tiempo. 



11 de marzo de 2024

20 AÑOS DE MI 12M:

Todos los que tenemos una edad nos acordamos de lo que estábamos haciendo en aquellos momentos. 

Yo tengo muchos recuerdos, pero, curiosamente, el que más se ha anclado no fue el mismo 11 M, sino al día siguiente. Estábamos embarazados, mi pareja de baja preventiva, llorando sin parar en el sofá, enganchada a la televisión como no lo había estado en su vida, y como no lo ha vuelto a estar. Yo iba a firmar un nuevo contrato, una nueva empresa, una nueva ilusión. Tenía poco más de treinta años. No recordaba la última vez que había llorado. Pasada la infancia, y educado en el lesivo los hombres no lloran, soportaba el dolor con cualquier alternativa que no incluyera pucheros y agua salada. A las doce de la mañana iba en mi coche, a un par de kilómetros de casa, por una amplia avenida carabanchelera. Paramos todos. Nos bajamos, y durante un tenso, emocionante y casi catártico minuto, la ciudad se detuvo. Yo empecé a llorar. Eran lágrimas pesadas, que arrastraban tanto que me dejaron huella, quizá para siempre. 

Desde aquel intenso minuto, llorar, y menos por emoción, dejó de ser un estigma. Y lo he hecho tanto que pareciera una venganza, como si mis lacrimales quisieran recuperar el tiempo perdido. 

7 de marzo de 2024

 Me encanta cuando los micros dejan un regusto de humor...

LAS GAFAS:

            Lo malo no era que se le hubieran caído las gafas. Tampoco que estuviera arrodillado, palpando con sus manos la tierra, desesperado, intentando encontrarlas. Ni mucho menos ese murmullo creciente a su alrededor. Lo peor de todo era que no le hubiera hecho caso a su madre: pero ¿cómo vas a ser torero tú, hijo mío?


6 de marzo de 2024

Hoy un micro cuento convertido en micro video...



5 de marzo de 2024

 Mejor, aunque ganas dan de cabrearse, tomárselo con humor...





2 de marzo de 2024

 Hoy cuento (basado en hechos reales)

GUACHAPEANDO:

Amigo A está sentado con Amiga B. Han quedado en un banco del parque para pasar unas horas juntos, que hace mucho que no nos vemos, dijo Amiga B. Están en silencio, atentos a sus móviles. Amigo A le escribe a Chico B, porque esta noche ha quedado para tomar unas cervezas; le cuenta que está con Amiga B, a la que hacía mucho que no veía. Amiga B, a su vez, le cuenta a Chica A que ha quedado con Amigo A y que está con él en un banco, que se ven esta noche, a eso de las once, para ponerse al día.

Unas horas después Amigo A está, en silencio, en la mesa de un bar, junto a Chico B. Escribe a Amiga B para preguntarle qué tal ha ido la tarde. Amiga B, a su vez, está en otro banco de otro parque con Chica A, también en silencio, porque está contestándole a Amigo A sobre como ha pasado la tarde. Chica A le cuenta a…

1 de marzo de 2024

 LA SINCERIDAD DE LA CURIA: 

Un grupo de curas tiene un canal de Youtube, en el que sin cortarse un pelo, confiesan que rezan para que Dios llame a su seno al Santo Padre. No lo digo yo, ni lo uno ni lo otro, ni que se muera ni que es padre, ni santo, que lo dicen ellos. Uno a uno lo confiesan y se animan a seguir rezando. En esencia, desde el prisma ateo, quieren que el Papa se muera porque molesta por progresista. Nada nuevo en la Iglesia, que, de manera más o menos activa, ha utilizado la muerte del opositor como una herramienta más de su estrategia. De hogueras y cruzadas están los libros de historia llenos. Pero me genera cierta inquietud lo que trasciende desde el punto de vista creyente. Porque retrata a su Dios de un modo peculiar. Es un Dios al que rezándole es posible conseguir de él, o al menos eso creen, el favorcito de que alguien pueda perder la vida. Creo que eso en la legislación española se considera algo así como cooperación necesaria y tiene su pena de cárcel. Desde luego que si esto se acercara en algún modo a los preceptos del cristianismo, tendrían que poner las copias de la Biblia en las librerías junto a las novelas de Mario Puzo. Ya me parece caprichoso un Dios, sea cual fuere, que necesita unas frases ordenadas y emitidas o pensadas en contrición para ejercer su magnanimidad, así que extrapolar esa capacidad de te pido y ejecutas a la muerte, casi lo que me da son escalofríos, además de pena, mucha pena.