Hoy en modo cuento...
LAS
NOTICIAS:
Habían logrado pasar de puntillas
por la actualidad durante todo el día. En el fondo no suponía tanto esfuerzo,
bastaba con el hastío previo, no mirar las notificaciones del móvil, usar
música enlatada en el coche y poco más. Del resto se había encargado la rutina:
la salida del colegio, el atasco, la compra, las extraescolares, los baños, la
cena. Rutina. Bendita rutina. Pero su conciencia no les permite pasar de
puntillas por un día entero, así que claudican en la cena, ya a última hora,
con el telediario 24 horas, el más aséptico y asumible. Cuando apuran las
últimas cucharadas de la sopa recalentada que los gemelos se han negado a
terminar, la presentadora anuncia la terrible noticia del atentado en Rusia. Las
cucharas se quedan unos segundos paralizadas en el aire, el líquido amarillo
humeando, al ralentí. Las imágenes son cruentas, y la cifra de muertos se acerca
a los 120. Se miran en silencio, auditando su tristeza. Es una barbaridad que les
ha helado la sangre durante unos minutos. Después, suspiran mientras la
presentadora pasa a otra noticia. En el asedio de Israel a Gaza se contabilizan,
en la jornada de hoy, cerca de setenta muertos. Pero las cucharas, estaba vez, no
se quedan suspendidas, y aunque lo han escuchado, no han necesitado ni cambiar
el gesto; y cuando la misma presentadora les hable de los muertos en la
invasión rusa de Ucrania, ellos ya estarán hablando de la gestión el día de
mañana…
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