Rajoy ha dicho que hay que pensar en esos millones de personas que no se manifestaron ayer, y el resto de los días en los que otros ciudadanos si, miles, cientos de miles, millones tal vez, lo hicieron poniendo en peligro su integridad física. Yo soy uno de los que ayer se quedó en casa. En lugar de estar en Sol o en Atocha huyendo de los antidisturbios, estaba en la cocina, poniendo una lavadora, o en la habitación tratando de explicarle a mi hijo que los deberes de inglés tiene que hacerlos él solito, o tal vez detrás del pequeño para que no tire todos los clics al suelo. Y aun así, me permito una licencia. Váyase a la mierda, señor Rajoy. Váyase a la puta mierda. La más gorda y apestosa que encuentre. Y se lo dice uno de los más de 33 millones de españoles que en las últimas elecciones no le votaron. Sí, mayoría absoluta, aplastante. Y si no me hace caso en mi escatológica propuesta, por lo menos no regrese de N.York.
27 de septiembre de 2012
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