LA ROJA COBRA

Imagino que si la selección de Oficinistas me convocara para el mundial de la tecla, para ocupar la plaza de Gestor Izquierdo, mi empresa me pondría alguna que otra pega para eso de faltar al trabajo ¿y si te lesionas el meñique y no puedes trabajar a tu vuelta? Pero el fútbol es otra cosa. Está montado así. Y los eventos internacionales alimentan la afición que a su vez anima a los bolsillos a dejarse las telarañas en camisetas y banderas. Además, recordad un poco como son los eventos futboleros internacionales (además de un caladero de sentimientos patrios), son un escaparate del que clubs y jugadores participan con orgullo. Basta con que un jugador cuyo nombre termine en Ibich o Inho meta dos goles en un mundial para que algún club español termine desempolvado el talonario. Así que me río yo de las quejas de clubs y jugadores sobre los amistosos y el dichoso virus fifa. Que yo sepa, la Federación Española de Fútbol (lo de Real me lo ahorro) es una entidad privada que debe buscarse las castañas para financiarse. Publicidad, camisetas y bolos son la fuente más idónea para ello. Luego, cuando los locos bajitos que nos han vuelto a todos idem con la pelotita estos años, cobren sus suculentas primas, que molan más que las de Riesgo, que se pregunten de dónde sale tanto parné (Sabina ditxi). Pues de partidos como el de mañana, en Panamá, que no interesa más que a la Federación y por ende a todo jugador seleccionable que termine ganando algún torneo y cobrando por ello. Así que no nos rasguemos las vestiduras, que no están los tiempos para cambiar de ropa.