LA MENTIRA CALA:
Varios medios publicaron la queja de Ayuso sin contrastar si estaba en lo cierto o no. Por ejemplo Ana Rosa Quintana en su programa. No contrastó si la queja de la presidenta madrileña, que acusaba al Lendakari poco menos de amenazarla de muerte, era correcta o no. Igual ocurrió con otros programas de Antena 3. Por no hablar de las decenas, o centenares, o incluso miles de perfiles, más o menos serios, en las redes sociales.
Ahí está la mentira, poco o mucho, algo quedará de la falsa amenaza.
Y así funcionan las mentiras. Y no es una broma, ni un juego entre influencers o algo así. Tenemos al presidente del país más poderoso del mundo ejercitando la mentira como mantra. Aunque, en su caso, es probable que se trate de una patología, ya que da la impresión de que se cree sus propias mentiras. Así, un tipo como él cree que es un pacificador porque mientre, y que se merece el Nobel de la paz. Y sus votantes lo creen. Se creen que de verdad lo merece.
Así que, ahora más que nunca, la mentira no es que cale, es que es muy, pero que muy rentable...
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