LAS COSAS COMO SON:
En una conversación reciente, valorando la ya famosa anulación del final de la etapa ciclista de La Vuelta, un persona de mi entorno más cercano dijo algo que es un poco el mantra de aquellos que no se posicionan, pero que tampoco quieren quedarse en el camino: todo esto empezó con el secuestro por parte de un grupo terrorista de cientos de personas de las cuales unas han muerto y otras siguen secuestradas.
Y sin faltar a la verdad, es sesgado. Me explico. Imaginad que un niño le da un bofetón en el patio a otro. Éste, a su vez, se lo devuelve y con creces, le mete una paliza de órdago. En el análisis sería fácil decir que en el principio de todo está el bofetón. Que sí, que no se puede responder a la violencia con más violencia, y que debe ser siempre medida, pero que hubo una agresión inicial. Salvo que alguien cayera en la cuenta de que el agresor primigenio llevaba varios cursos sufriendo las humillaciones y golpes del agredido y que, sin más, se ha cansó. Pues eso, que es verdad que el secuestro fue una agresión salvaje perpetrada por un grupo terrorista deleznable, como lo son todos, pero no es el principio de todo este conflicto. Deberíamos empezar mucho más atrás, cuando un pueblo recibió un territorio para montar su nación y pasado el tiempo pensó que era poco y decidió invadir, poco a poco, el que tenía al lado...ahí sí que empezó todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario