PROTESTAS:
Está muy bien que cuestionemos las formas, sobre todo si estas pueden tener consecuencias graves. Me refiero a la protesta en la Vuelta en la llegada, para concienciar sobre el genocidio en Gaza. Es verdad que la violencia no suele ser el camino, que podía haber sido peligroso para los corredores, que entran a velocidades de vértigo. Que la seguridad es cosa del Estado y debe garantizarla. Pero desde la comodidad de nuestros sillones, unos y otros, critican la ¿violencia? de la protesta. Cabe recordar que los que allí estaban haciendo un uso, yo diría, más bien, de la vehemencia, estaban luchando para que, por ejemplo, dejen de morir niños inocentes en la franja. A lo mejor en lugar de rasgarnos las vestiduras por una valla publicitaria en el suelo en una carrera ciclista deberíamos ponernos las pilas con el genocidio provocado por unos, auspiciado por otros y ninguneado por el resto. Cuando tú, para censurar la protestas, hablas de que son perroflautas ya te estás posicionando.
Ningún derecho se logró haciendo solo canciones o poemas. Todos requirieron de actos de protesta más o menos violentos. Y está claro que lo que estamos haciendo no sirve, porque los siguen masacrando sin misericordia, así que a lo mejor hay que empezar a pensar alternativas...menos pasivas.
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