CARTA ABIERTA A MI QUERIDO ERREJÓN...:
Sigo sin discutir por política. En el fondo, por casi nada. Es una cojera como otra cualquiera. No niego que con el 15M desentumecí mis creencias, desempolvé la ilusión y miré al frente político con cierta sonrisa de esperanza. Y entre los culpables estabas tú. De todo aquello, de aquel batiburrillo, surgieron iniciativas que culminaron en un partido político que vino para cambiar las cosas, para hacer una nueva política, igualitaria y libre de caspa. Abrir las ventanas y que el aire fresco se llevara todo lo rancio, que era mucho, muchísimo. Durante un tiempo personas con mi perfil crítico, ese que caracteriza tanto al votante de izquierdas, decidimos quitarnos las draconianas autoexigencias y os llevamos, con los votos, a posiciones de gobierno. Después...poco tengo que contarte que tú no sepas. La caverna os venció. Nos quedaba el orgullo de haberlo intentado. Hasta que hemos conocido las partes oscuras de tu ejercicio político. No sé por qué últimamente me estoy llevando el mismo trompazo con hombres a los que admiraba. Empezó la historia con el misógino Sabina y, hasta ayer, por desgracia solo hasta ayer, terminó contigo. Por tú culpa, entre otros, me cuesta cada vez mantenerme firme en el único principio político que mantengo activo: no todos los políticos son iguales...¿o sí?
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