MENTIRAS PIADOSAS:
A los niños, para que el mundo no se les haga bola, se les crean unas ilusiones que, con lógica, según van adquiriendo cierta madurez, conviene ir desvelando. Los ejemplos más relevantes son los Reyes Magos o Papá Noel. Durante los primeros años de su vida se imaginan a tres tipos en camello descendiendo por una chimenea que el 99% no tiene para dejar los regalos preceptivos por su buen comportamiento. Yo, la verdad, con lo cagarrias que soy, no entiendo como podía dormir esa noche. No por la emoción de lo que me pudiera encontrar, sino con la posibilidad de, despistado, levantarme antes de tiempo y encontrarme con un desconocido en turbante, agarrando la cuerda de un camello y bebiéndose la copa de coñac. El caso es que llegada cierta edad, no queda otra que explicarles que ni los reyes son tan magos, y ni el Papá de Laponia tan majo. Que somos los padres los que ponemos los regalos bajo el árbol. Esa etapa, con dos hijos de 18 y 15, ya está quemada. Recientemente hemos quemado otro mito, nuestros hijos, por fin, se han dado cuenta de que el rollo de papel higiénico también somos los padres...En breve no nos quedará otra que desvelarles: el misterio de las botellas de agua que por arte de magia se rellenan solas...
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