13 de febrero de 2013

EL MACHISMO DE LAS PELOTAS

No sé el tiempo que durará, pero tengo que reconocerlo, gracias a Facebook estoy oficialmente hasta las pelotas del sambenito del machismo. Y digo pelotas por ponerme a la altura sexista del tema ¿Hasta cuando voy a tener que pagar yo, como hombre, las tropelías cometidas por los maridos de la generación de mis padres, de mis abuelos, de mis bisabuelos y así hasta el tatarabuelo de Don Pelayo? Todavía me encuentro por ahí, en gente de mi generación, cosas en sus muros del tipo:


No lo entiendo. Quizá lo que vaya a decir me granjee alguna que otra enemiga, o remueva alguna conciencia más de lo debido, pero desde mi punto de vista, desde el horizonte que me da mi experiencia y el lugar en el que me ha colocado la historia, el machismo sólo tiene sentido y pervive, entre otras cosas, por la obsesión sexista de buena parte de la población, lo cual declina un 50% de la responsabilidad en la propia mujer. Hoy en día, cuando la mujer, como el hombre, trabaja, una pareja no es más que un acuerdo tácito de convivencia consecuencia del amor (en la mayoría de los casos) Es un acuerdo entre dos partes iguales que son un mundo en sí mismo, y como tal, se rige por una normas elementales, sí, pero también por otras más particulares que entran dentro del ámbito de lo privado. Y si una mujer sigue viviendo, soportando y alimentando, no lo olvidemos, las actitudes machistas de su pareja, ella será quien tendrá que hacérselo mirar. Si construye su futuro sobre una persona que no se implica en la educación de sus hijos ¿qué parte de responsabilidad tendrá en el error o la cabezonería de su elección? ¿O fue todo de golpe? Y si lo soporta por amor, por miedo, o por lo que sea, no es un acto machista el del agresor, sino un acto violento de una persona sobre otra. Pero por favor, de una vez por todas, que me dejen de meter en el mismo saco. Yo no ayudo en casa ¡¡¡ yo soy mi casa !!! Estoy harto. Creo que necesitamos de una vez por todas asumir que los hombres no nos comportamos como tales por ser hombres, sino por ser personas. Que sí, que los roles se repiten, también en las mujeres, pero si seguimos aireando estas cosas ante nuestros hijos ¿qué mensaje reciben? les cala la guerra de sexos, que es el abono del machismo (como lo es del feminismos, que goza de mucha mejor prensa) Yo educo a mis hijos en la igualdad de la forma más eficiente: en la praxis. Porque en casa hay cosas que hacen papa y mamá, como hay cosas que hace papá y no mamá y a la inversa. Pero no lo hacen o dejan de hacerlo por ser papá o mamá, sino por ser quienes son. Ahí está la clave. Las personas. No los sexos. Harto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Absolutamente de acuerdo. La culpa del machismo esta repartida entre quien ejerce y quien soporta. Y ya esta bien de considerar extraordinario lo que debería ser lo habitual. Lo raro deben ser los comportamientos sexistas.
En mi caso particular se produce un reparto de tareas en función de la disponibilidad de tiempo y los conocimientos y habilidades; excepto la política educativa de nuestros hijos que es consensuada y común.


Y puedo asegurar que si mi pareja fuese consentidora de machismo, no sería mi pareja. Es decir que el tópico de rubia tonta no me gusta por eso me busqué una morena inteligente.

DUDU