Este fin de semana decidimos sacar de paseo a nuestros peques por la ciudad. Mi pareja quería que vieran las iluminaciones navideñas y yo me armé de tolerancia, paciencia y de mi cámara para sobrellevar el evento con la mejor de las sonrisas. Quedamos con nuestros amigos, con hijos que rondan las mismas edades. Éramos entonces cuatro adultos y cuatro niños. Como siempre que nos acercamos al centro de la ciudad, dejamos los coches en alguna boca de metro y vamos en transporte público. Compramos dos bonos de diez viajes, ya que necesitábamos 12 (dos de los pequeños todavía no pagan). Como el precio del bono de diez está en 12,20 lo que pagamos en total fueron 24,40 euros (aunque ahora tengamos viajes por hacer). Después, dándole vueltas, mi amigo Toni, que es el tipo más sensato que conozco, me dijo que el año que viene vamos en Taxi a ver las luces. Y no le falta razón ¿Estos son los precios con los que el Ayuntamiento de Madrid pretende fomentar el transporte público? Vendrán, como las oscuras golondrinas, los fachosos con sus comparativas a colgar, como siempre, sobre el precio del transporte público europeo, pero es indignante que al madrileño le cueste compentir en rentabilidad para el usuario final con el coche particular. Que tengas que mirar el bolsillo para decidirte a usar el coche o el Metro es una mala idea. Se mire por donde se mire.
26 de diciembre de 2012
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