Por fin lo he conseguido. Seguro que a la mayoría les parecerá una chorrada, la ilusión de alguien muy conformista. Pero para mi era un reto interesante y hoy por fin ha tenido lugar. He conseguido ir a trabajar en bici. Para quien vive en un barrio del sur de Madrid y trabaja en una ciudad del norte no es moco de pavo. Que a todo esto ¿por qué moco y por qué de pavo?¿alguien lo sabe? Han sido 32 kilómetros a primerísima hora, con algo de frío y un poquito de lluvia, pero ha merecido la pena. Eso sí, nunca me había parecido mi oficina un lugar tan cálido y confortable. Empiezo a sentir los dedos de los pies ahora mismo. Porque uno ha ido formando un equipo garrafón a base de regalos, donaciones y compras forzosas, pero cuando el frío aprieta, aprieta. Con los cinco euros de gasolina que me he ahorrado me tomaré un par de cervezas para recuperar lo bien poquito que hubiera podido perder. Y aunque a la vuelta me duelan las piernas, porque desde mi dolor de espalda estoy en baja forma, llegaré a casa más feliz que una perdiz.
7 de diciembre de 2012
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1 comentario:
Muy bien maquina, todo mi apoyo para la vuelta a casa. Yo también estoy orgulloso de tu azaña!!!
FELICIDADES
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