Recuerdo que con los primeros pasos de Zapatero, tildaron al nuevo presidente poco menos que de bufón y a su gobierno de ser un gobierno que legislaba con la pandereta. Es decir, que se preocupaba de cuestiones menores como regular el matrimonio entre personas del mismo sexo o llevarse unos vitales papeles de la centralizada Castilla León a la separatista Cataluña. Curiosamente esos asuntos menores eran los que llevaron a la calle a los mismos que ahora dicen que están muy llenas y que hay que modularlas. Y ya sabemos como modula este gobierno. En cambio, el gobierno que dirige nuestros destinos actualmente sabe muy bien a lo que se enfrenta, y con la tijera en mano no se le ocurre poner cosas sobre la mesa que no sean vitales. Salvo Gibraltar, que emulando al fallecido Fraga, es el comodín rojigualda. Y quien dice Gibraltar dice Perejil, será por peñotes para resaltar el espíritu patrio. Es un gobierno que dice que los medios de comunicación no deben retrasmitir las protestas porque incitan a la violencia. Pues que sepan que a mí lo que me pone de mala hostia es la misa de los domingos, oiga. Y la verdad es que estoy acojonado. Estoy acojonado porque la involución que estamos sufriendo con Tijeritas va en aumento, porque hoy abaratan el despido y mañana criminalizan las manos blancas, esas mismas que masivamente levantamos cuando ETA, por ejemplo, secuestró y teledirigió el asesinato de M.Angel Blanco. La calle, que es de todos, ya no lo va a ser, porque Gandhi, en la España de hoy, sería carne de celda. Salvo que pertenezcas a una familia de bien y salgas de la misa de domingo, más vale que no te pares o un porrazo te recordará que es de todos, sí, solo que más de unos que de otros. Como siempre. Y que conste que lo de el mamporro y ponte tieso no es un invento de este gobierno, que los hubo muy progesistas que repartieron más estopa que Pepe, que se lo digan a la gente de los Astilleros. Pero parece que el que ahora nos ilumina va a dar un pasito más, y condecoración a condecoración, va gestando un nuevo modus operandi policial que va a terminar con las ciudades como el viejo Oeste, donde el Sherif primero disparaba y luego preguntaba. Yo, por lo pronto, no tengo cojones a salir a la calle a protestar con mis hijos. Me faltan bemoles para salir y enseñarles el democrático derecho de luchar por su futuro que su padre ha dejado de ejercer. Conmigo ya ha funcionado. Rentabilidad, Tijeritas, rentabilidad no le niego.
3 de octubre de 2012
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