LA FRASE:
Que era la Frase lo tenía más que claro desde hace décadas. Lo que no sabía ¿cómo imaginarlo? es que esa frase, en apariencia inocua salvo que la pronuncie tu pareja, pudiera ser peligrosa en labios de otra persona. Pues eso me ha pasado a mí, he aprendido como de pequeño a montar en bici: de golpe. Imagino que llegado a este punto, querido lector, ya sabrás a qué frase me refiero. Eso es, justo esa: Tenemos que hablar. Pues os prometo que casi hubiera preferido que me la hubiera soltado mi pareja antes de que la soltara el dueño del taller...me hubiera salido más barata, seguro...
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