UN PÁRRAFO O EL AUTOBOMBO:
Es una costumbre que me gustaría mantener, pero o no encuentro párrafos que merezcan la pena, o se me olvida. El caso es que había decidido, hace años, publicar aquellos párrafos de mis novelas en ciernes de los que pudiera sentirme orgulloso, en este rinconcito.
Estoy reescribiendo (porque es un nivel más que corregir) Diez caminos y un paseo, mi primera novela (tiene treinta años ya...)
En la página 255 me he topado con un párrafo que, por el estilo, me da que es de nuevo cuño (es la tercera relectura desde que la retomara) y que me gusta lo suficiente como para recordar mi compromiso.
Ahí va:
Sabe que si se da prisa aun podrá entrar en el último metro. Su conciencia de clase es fraudulenta, según Martín, e imitada según Demetrio. El rencor de clase, dice Javier, es su sentido común voluntario. Él se defiende diciendo que es un emigrante ideológico, que nació en la nación pequeño burguesa y que buscó exilio en la proletaria. Javier, al que le gusta discutir y cuya postura es mucho menos taxativa que la de Martín, le respondió que le gustaba mucho esa metáfora y que dando un paso más, le concedían, de momento, la doble nacionalidad.
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