4 de julio de 2023

Y seguimos la semana con un cuento, con cierta moraleja...del primer mundo, por decirlo de algún modo. 


EL MULTIMILLONARIO:

            Agbar, que según el último ranking Forbes, había escalado al top ten de personas más adineradas del planeta, apura su copa de coñac estratosféricamente caro y mira a sus amigos con aires orgullosos. Acaba de contarles que ya puede dormir tranquilo, por fin ha terminado la construcción del bunker antinuclear en su mansión. Última y carísima tecnología. Pero ha merecido la pena.

            - Pues sí, amigos, me ha costado una millonada, pero ahora me preocupa menos que los rusos y los americanos se pongan a la gresca. Con la edad y el dinero me he dado cuenta de que la vida es nuestro bien más preciado, que en realidad no tiene precio. – ha masticado esa última frase.

            - Estoy contigo…- Alfred, aunque amigo íntimo, es competencia comercial en buena parte de sus empresas, así que guarda un duelo, entre sano y enconado, que traslada a casi todos los órdenes de la vida. – Ahora, con tanto tiempo y con tanto dinero ¿qué vas a hacer? Algo se te habrá ocurrido.

            - Pues sí, la verdad, estoy a punto de cerrar un exclusivo viaje submarino en el Titán para visitar los restos del Titanic


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