2 de marzo de 2023

DE MUESTRA, UN BOTÓN...:

He tenido que mirar el rango de un arzobispo antes de meterme en faena. Es, ni más ni menos, el jefe de los obispos. Vamos, que está muy cerquita de la cúspide. Pues resulta que un tal Narcis Jubany, jefazo de los curas entre 1971 y 1990, tuvo conocimiento de las prácticas sexualmente abusivas de un sin nombre de nombre Josep Vendrell, cura para desgracia de su entorno más cercano, sobre todo de los menores. Pues resulta que no hizo nada, aunque recibió las quejas de otros curas e incluso la carta de uno de los padres, que lo único que pedía era que se alejara al abusador del su objeto de deseo: los niños. Pues no hizo nada, y como no hubo denuncias nada, de nada, pero de nada en absoluto, se hizo por investigar, revertir, resarcir o, en definitiva, limpiar la mierda, que no era poca. De ahí el título de mi artículo. Esto no es una excepción, sino más bien la norma de comportamiento entre los altos cargos de la curia con sus acólitos aficionados al sexo con menores durante décadas, sino siglos. Yo estoy tranquilo de no tener que bucear en el pasado de mis hijos, porque no han compartido espacio con estas personas de riesgo. Y que se rasgue las vestiduras quien quiera hacerlo, que los que me conocen saben de sobra de dónde viene mi ateísmo, que no es de otro lugar que de dentro, y el primer paso hacia él llegó con sospechas de comportamientos en mi entorno similares al de Narcís. Así que, allá vosotros con vuestras vestiduras, que mi conciencia está muy tranquila, se de lo que hablo. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Larrey, con la iglesia hemos topado....
Un abrazo
CARPE_DIEM