27 de diciembre de 2012

BORICRISMAS

Pienso felicitar las fiestas navideñas de aquí en adelante en Sergionés: Boricrismas.
Y a mucha honra. Y no lo digo como madridista, ni mucho menos, lo digo como eterno aprendiz de la noble lengua de William y porque me lo dice mi terapeuta, que es de Bristol. Tengo un par de compañeras de trabajo que sufren algo así como un ataque de pánico cuando tienen que hablar en inglés. Y yo, que he pasado por eso, siempre recurro al mismo truco: vosotras, cuando veís a un extranjero por la oficina darle una patada al diccionario intentando hablar en español ¿os reís de él? No, muy al contrario, le agradecemos el esfuerzo. Pues eso ocurre con casi todo el mundo. Y digo casi porque depende de si eres famoso, andaluz y futbolista, que entonces eres trendintopic de los cojones. Y yo, qué quereís que os diga, prefiero a la gente que con desparpajo habla como sabe que la que imposta acento para esconder su ignorancia. Vamos, que me quedo con los Sergios antes que con los Jose Marías...No saber un idioma no es una lacra, una enfermedad o una vergüenza. Y la única forma de aprenderlo es hablarlo, y como nadie nace enseñado todos hemos pasado nuestro boricrismas particular. En realidad los españoles siempre hemos guardado un recelo especial al resto de las lenguas, por nuestra innata incapacidad para aprenderlas comparada con la facilidad de otros pueblos, como cualquier nación del Este de Europa, y por eso nos reimos del desconocimiento ajeno, porque eso nos ayuda a esconder el nuestro. En el país de la pandereta el tuerto quiere ser rey.
Y volviendo a Ramos, y ahora centrándome en los lectores masculinos que se hayan reído de su acento: recordad con qué coche volverá a casa después de haber entrenado apenas un par de horitas y quien estará esperandole...estoy seguro de que Pilar sabe tan poco inglés como él, pero que se manejará con bastante soltura con el francés...así que boricrismas a todos, envidiosos incluidos.

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