29 de marzo de 2012

CROQUETAS

Partamos de la base de que las corquetas de mi madre son las mejores del mundo. Que es, de las frases unirvesales, la que más veces he escuchado repetida en mi vida. También soy de los que piensa que si alguien sabe hacer algo manifiestamente mejor que tú ¿por qué molestarse? Así que tenía claro que no haría una croqueta mientras mi madre estuviera viva. Abuela+tupper vs croquetas manufacturadas. Pero el otro día volviendo del trabajo Gemma entrevisataba a un par de especialistas en periodismo culinario y terminaron el programa invitando a los oyentes a regalar sus recetas "croquetiles". Llamaron tres madres, entendiendo por madre la figura de los que como yo andamos por los curenta. Tomé un poco de aquello, otro poquito de la otra y un mucho de ésta y me entró el gusanillo. Tenía la cebolla, tenía el pollo asado heredado de la comilona dominguera, el huevo, la leche, la harina y el pan rallado. Y por su puesto, las ganas. La primera fase, de la que soy más conocedor, fue fácil: crear la masa resultó menos complicado de lo esperado. Dar forma definitiva a la croqueta, ya es otro cantar. Aquí tendré que pedirle audiencia a la abuela para que me suelte un par de trucos, porque por mucho que lo intentaba no lograba transformar aquella especie de moco empanado en una auténtica croqueta. Pero, quitando este pequeño problema estético, según el jurado, el resultado fue bueno, prometedoramente bueno. No llegaré jamás a la altura de las croquetas de mi madre, pero es un primer paso...

Nota: he perdido la foto de mis croquetas, por lo que estas es robada.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo les echo nuez moscada y una pastilla de caldo de pollo, y si hay unos taquitos de jamon y quedan de miedo.
Receta de cocinillas, jajaja.
Un Abrazo
JMP

Jésvel dijo...

Quizás habrían necesitado más harina o menos leche... En cualquier caso, a mí mi hermano me ha enseñado a dar forma a las croquetas con dos cucharas y es estupendo. Eso sí no soy capaz de escribirte cómo se hace.