2 de agosto de 2022

 MACHISMO, SUMISIÓN, PINCHAZOS:

No consigo entenderlo. Ya sé que con mi historial deductivo eso no da muchas pistas sobre la dificultad de lo incongruente. El caso es que ahora se ha puesto de moda lo de pinchar a las chicas en los garitos. Era un miedo que andaba rondando por ahí. No soy padre de niñas, pero las tengo en mi entorno, y creedme, hay un runrun molesto sobre el tema. La idea, parece ser, es logar inocular a la pobre muchacha una droga que la convierta en una sumisa a la que se puede humillar, violar, etc, etc. Pues resulta que ocho o diez casos que he escuchado en los últimos días son pinchazos que no vienen acompañados de esa sumisión. Solo una especie de entumecimiento, un atontamiento y en ningún caso, menos mal, ha derivado en una situación violenta (más) porque la chica ha podido pedir ayuda. Entonces ¿hay mucho hijo de puta que además es muy torpe?, ¿droga caducada? ¿o es que se ha puesto de moda eso de generar el miedo entre la chiquillería femenina sin más? No sé cual de las opciones me da más miedo. Si se trata de un macabro juego, no le veo la puta gracia, hacer que nuestras hijas salgan de fiesta muertas de miedo, justo en esos momentos que son los mejores de su vida, los del descubrimiento de la libertad desde su propio yo en relación con el resto del mundo; una relación que solo ellas pueden determinar a qué nivel ha de llegar. Si es una especie de campaña quijotesca para concienciar a la chiquillería del peligro, amigo Sancho, dile a tu Quijote que vuelva al "Fornite" y deje de tocarnos nuestras santas posaderas. El caso es que, real o no, este peligro, otro más, no hace sino debilitar a las mismas de siempre. Es un poco frustrante. Por mucho que la mayoría nos empeñemos en remar, parece que la minoría tiene muy fácil alejarnos la orilla un poquito más, un poquito más...  

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