6 de junio de 2013

CRISIS EN EL TRASTERO

Reconozco que el Trastero nació como una metadona. La paternidad había sido el hachazo definitivo a mis rutinas literarias. Mi fracaso como escritor encontraba la excusa perfecta: tenía que centrarme en lo importante, leñe, que era padre. Y el Trastero fue un salvoconducto a la legítima pérdida de tiempo en lo creativo. De esto hace ya más de 6 años. 1.500 micros o 1.200 artículos después, estoy agotado. Es una enrome responsabilidad autoimpuesta la de escribir todos y cada uno de los días. Llevada con la ansiedad de un ex adicto, como quien sentía que era la única forma de mantener vivo un talento del que, tal vez ya va siendo hora de asumirlo, carezco. Los primeros meses de andadura los lectores, y que nadie se me ofenda, fueron secundarios. Era una terapia, y como tal, puro eogísmo. Pero después llegaron las visitas. Más y más cada día. 19 mil en el 2007, 22 mil al año siguiente, le siguieron casi 30 mil en el 2009, que fueron menos que los 34 mil del año siguiente, y todavía muchos menos que los más de 62 mil del 2011...y, de golpe, un 2012 con más de 104 mil visitantes en mi rinconcito. Eso eran casi 300 personas al día leyendo mi mundo. Llegado a este punto me di cuenta de que era adicto no a la escritura o al Trastero, sino a sus visitantes. No escribía por mi, sino que lo hacía por ellos, y eso aumentaba mi responsabilidad. Me obligaba a estar despierto, activo, listo, ingenioso...o al menos a intentarlo, todos y cada uno de los días. El Trastero pasó a ser un trabajo más, como mi carrera profesional o las tareas de la casa. Igual de absorvente incluso. Creía que me bastaba con alzar la voz, pero no, necesito que se me escuche. Por eso ahora me siento agotado. Y también muy decepcionado. Y no hay rencor, quizá reproche a mí mismo por no haber sabido mantener el interes de los que alguna vez me leyeron. Este año el número de visitantes ha ido decreciendo, mucho, hasta llegar a un punto en el que ayer, escribiendo, me hice por primera vez esta pregunta ¿para qué? Era un ¿para qué? que escondía un mucho más egocéntrico ¿para quién? Pensar que hace un año podía leer esto 300 personas y, en cambio, hoy no llegaremos al centenar, me pone injústamente triste. Y no lo puedo evitar.
No es un adiós, ni muchísimo menos, no sería capaz de cerrar el Trastero de un portazo. Que no suene a poesía barata, pero el Trastero forma parte de mí y uno no se desprende de un brazo o una pierna así como así. Pero voy a relajarme, a vivir más tranquilo, a no sentirlo como una responsabilidad, una obligación. Quizá escriba todos los días, quizá no, el caso es que hoy no me encuentro con fuerzas de mantener este ritmo...ya veremos mañana.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

noooooo, no nos dejes así de tirados por favor, estamos enganchados y tus artículos alimentan nuestra mente....

Anónimo dijo...

Yo te leo desde hace un par de años ...ibas a mi cole...vivías en mi barrio , y me enteré por una amiga en comun que escribias ..me gusta lo que escribes y como lo escribes..eres la lectura de mi café diario y muchas veces he pensado lo esclavo que era para ti esto, por eso lo entiendo ...pero por favor sigue escribiendo aunque sea de vez en cuando ...cuando quieras.cuando te apetezca ..nosotros estaremos esperando.ánimo

Avefénix dijo...

Es cierto que es complicado mantener el ritmo que un blog impone. Escribir a diario supone, primero elegir el tema y segundo escribir el post. Y tener tema o temas para todos los días puede ser fácil, pero escribir todos los días sobre algo es muy complicado.
A veces se impone uno escribir todos los días y no siempre es obligatorio tener algo que decir.
Espero que no "cierres el trastero de un portazo"
yo, desde que descubrí este rinconcito, me paso de vez en cuando.

Es triste, en nuestro día a día no llegamos a conocer ni siquiera un poquito de las personas que nos rodean, por H o por B, y con las que compartimos aunque sólo sean unos momentos de basket los fines de semana.
Me da vergüenza reconocer que no todos los días...pero cuando me paso, buceo no sólo en el último post sino en los anteriores y me ha sorprendido descubrir tu andadura literaria.
Así que no te desanimes....sigue escribiendo como lo hacías al principio, con el único objetivo de mantener vivo tu instinto literario.
Tener 100 mil visitas en un año ya es todo un logro.
Feliz día.

Fackel dijo...

Trastero, te entiendo perfectamente. Lo importante, si me permites, no son los datos, por muy interesantes y estimulantes que sean, sino lo que ha significado para ti escribir. LO que has sacado de tu interior, lo que has prospectado en lo más hondo, lo que has vadeado, lo que has relativizado...Ahí está la clave: ver las cosas de modo relativo, indagar, saciar curiosidades, empaparse, devolverlo con letras...Por supuesto, entender tu conciencia de crisis no significa que te anime al abandono, sino a tomar las cosas con otra calma. Escribir cuando te sugiera algo y callar cuando no tengas ganas de nada.

Un abrazo. Salud siempre.

Fackel dijo...

Ah, y por si sirve, por lo menos para los de fuera. No estamos por perder ninguna voz. Todas la voces, todas...que decía la canción. ¿El ritmo? Eso es otra cosa, muy humana. No claudiquemos con nuestra voz. Nunca.

CARPE-DIEM dijo...

Carpe Diem...
Deja que el momento te hable, no te exijas demasiado, escúchate...
Deja que sigamos leyendo lo que te nace, no te pierdas...
Beso.