Hay mujeres que enfocan su vida a lograr un marido con posibles. Cazatalentos, si entendemos por talento cuentas conrrientes rebosantes. Son mujeres que alcanzan su objetivo cuando llevan al altar o al juzgado al hombre que las va a alimentar y cuidar a cambio de sexo y posición social, la que da tener una mujer hermosa y normalmente más joven que el pagador y firmante. Son mujeres que tienen muy mala prensa, busconas, putas, trepas...en fin, tendría que abrir una sucursal de El Trastero para colgar todos los calificativos que nuestro inmenso lenguaje nos regala a lomos del incontrolado talento patrio para el escanio ajeno. Curiosamente, ese mismo perfil de personas que creen que quien decide casarse por dinero es, cuando menos, una mala persona, son las que tratan de convencerme de que debo casarme. Cuando les razono que ni los hijos, ni la pareja, ni mi vida necesitas una firma, ni un contrato que las avale, cuando les evidencio que no hay mayor argumento para hacerlo, rara es la persona que no termina cayendo en la tentación de esgrimir un último argumento: porque es rentable. Es decir, a la postre, estas personas me están pidiendo que me case por dinero. Así que, me van a permitir que no lo entienda.
11 de marzo de 2013
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