Los tiempos cambian, y nosostros con ellos. El sábado pasado nuestros hijos nos "pidieron" quedarse a dormir en casa de sus primos. Hicimos el "enorme esfurzo" de permitirlo. Esto, hace unos años, hubiera supuesto música alta, ropa de fiesta, una cenita en algún lugar chic y unas copas al son de la música que marcara la moda. En cambio, esta vez, hubo unas cervezas en el sofá, unos arrumacos no muy tarde y un despertador que a las ocho de la mañana nos ponía en marcha. Cambiamos la resaca por tres horas de bicicleta. El sol fresco de mañana en lugar de un chocolate con churros con gafas de sol postfiesteras. Aire puro en lugar de la encerrona de un garito. Sudor deportivo en lugar de discogim. Una conversación de pedal a pedal en lugar de gritos en la oreja al son del Eu si te pego. Ni mejor, ni peor, símplemente distinto. Los tiempos cambian. Nosotros más.
16 de marzo de 2012
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1 comentario:
sí...esa sensación llamada cambio, edad...me gusta.
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