31 de marzo de 2025

 DEMASIADO PERFECTOS.

Cada uno tiene su kriptonita. O como es mi caso, varias. En cuanto a las personas, las que lo hacen todo bien y son manifiestamente perfectas, me cargan de manera especial. Esas personas que siempre encuentran otro culpable y que empiezan muchas de sus frases con un "menud@ soy yo", para contarte que puso en su sitio a tal persona, solucionó aquel problema o se apuntó a un bombardeo por enésima vez, porque yo nunca digo que no. Es un yoismo encubierto, en muchos casos por una falsa modestia, es que yo no me callo una, es que es mi defecto...En el fondo esconden una superioridad moral (es que tu no sabes divertirte, es que si fuera yo ya hubiera, es que, es que...) que se me atraganta en grado sumo. Pues esos, que me perdonen, porque los tengo en entornos muy cercanos, me cansan. Van minando poco a poco mi paciencia, primero, y después la energía, la que necesito para intentar compartir espacio con ellos. Me dan pereza, es quizá la forma más sencilla de definirlo. En mi entorno más cercano no me queda otra que aguantar a un par de perfiles de este tipo, pero sin darme cuenta, voy poniendo distancia. La que me permite el minuto de partido y la situación, pero distancia al fin y al cabo. Desde mi insoportable imperfección, prefiero poner tierra (y tiempo) de por medio. 

30 de marzo de 2025

 OPTIMISMO LITERARIO: 

Que nadie se me asuste, no va sobre mi creación. Hoy, viendo una noticia sobre la lectura entre los jóvenes, he pillado al vuelo una frase y de ahí ha nacido una idea: la literatura es como el amor. Quién nunca se ha enamorado puede caer en la tentación de pensar que él / ella no es de enamorarse. Pero quienes si hemos sentido ese cosquilleo y ese vértigo, sabemos que no depende de ella / él sino de cruzarse con la persona adecuada. Y eso pienso yo con mis hijos. No se han enamorado no porque sean inmunes al amor, sino porque no se han cruzado con la persona adecuada. Con el libro, me refiero, con el libro adecuado. Me ha dado por ser optimista y pensar que, pese a las oportunidades de idilio con las letras que hayan podido perder en el camino, terminarán cruzándose con el amor...a la literatura. 


NOTA FINAL: Espero, en un futuro no muy lejano, rescatar este artículo para comentarlo, entre párrafo y párrafo, con mis hijos...

29 de marzo de 2025

 BLANCO Y EN BOTELLA...:

En los últimos años (desde la pandemia) se ha reducido casi en un 5% el número de alumnos en las universidades públicas, lo que no es una cifra especialmente significativa, salvo que si la comparas, en ese mismo periodo, con un aumento de más del 50% en alumnos matriculados en universidades privadas. ¿Casualidad? ¡No lo creo! Se trata de una política intencionada y continuada, la infrafinanciación y abandono, para el desprestigio inevitable, y el crecimiento, por oposición, del prestigio del ámbito privado. Soy de letras, pero me gustan mucho los números. Y como soy tan simple como el mecanismo de un chupete, no necesito demasiado. Soy un boomer (¿se ecribe así?), tengo más coetáneos que generaciones posteriores. Todos, o casi todos, con más o menos suerte, pudimos, los que quisimos, estudiar en la universidad pública. ¿Qué ha cambiado para que ahora sea casi una quimera? Una cuestión de oferta, y si gran parte de los que terminan en la privada es porque no pueden en la pública ¿se entiende la estrategia? No es nueva, es un modelo que ya veníamos viendo, tanto en educación como en sanidad, así que lo que comenta CCOO en su informe ya está más que demostrado. Es una pena, pero es así. 

27 de marzo de 2025

 COMPETITIVIDAD: 

Si me hubieran exigido (con pedir no suele ser bastante...) que expusiera mi defecto más molesto, casi seguro hubiera dicho que mi competitividad. Y es curioso, porque el deporte es el máximo campo de batalla de la competitividad y en el nivel más alto (futbol) en el que me manejé fui un tipo más bien tranquilo, que si perdía, perdía, y si ganaba, ganaba, sin intención de ser el mejor y siéndolo, la falsa modestia no está entre mis defectos, muchas veces. En cambio, en el barro del barrio, entre las mochilas del patio del cole, o en las canchas del parque, si perdía, me frustraba en grado máximo. Cuando abandoné la idea de ganarme la vida con el fútbol (mitad evidencia, mitad hartazgo) y todo fue barro y partidos de poca monta, la frustración, mi cabreo, mi mala actitud, con mis compañeros, con el árbitro, conmigo mismo (eso sobre todo, qué mal llevé la pérdida de talento), fue a más. Hasta tal punto que yo mismo creo que era un tipo bastante incómodo. Mi única carta a favor, que con el pitido final todo se diluía, pero debería pedir perdón a más de uno. Ahora, con la madurez y un tobillo que me impide seguir arrastrándome, me he dado cuenta de que esa competitividad inherente a mi carácter y que he logrado tener enjaulada como el oso del retiro, también tiene un lado bueno, yo diría que muy bueno, que está presente, sobre todo, en la actividad física, pero que redunda en otros ámbitos. Me refiero a competir conmigo mismo. Es el motor de cualquiera avance en mi vida, mejorar el registro anterior. Es verdad, tengo que darle la razón a mi amigo Toni, es un poco toc, porque lleva de por medio la obsesión porque todo tenga un lugar y una medida, pero le veo el lado positivo. Con 30 años y superados con creces los 100 kilos, decidí que hasta ahí había llegado mi sobrepeso. Me compré la primera báscula de mi vida y empecé a anotar en una tabla de Excel, vendita herramienta del dominio, mi peso diario. Hacía cálculos semanales, mensuales, anuales...así, 22 años después puedo decir que estoy a menos de un kilo de mi objetivo de los 90. Con esa filosofía registro los libros que leo al año, los concursos a los que me presento, lo mismo con los kilómetros que hacía en bicicleta...siempre con el objetivo de hacer más que el año anterior. Me suele funcionar, me motiva y me obliga a organizarme. Soy cuadriculado, y como eso ya es tarde para revertirlo, es mi forma de sacarle rendimiento. 

24 de marzo de 2025

 PUBLICIDAD:

El secreto de la publicidad es el retorno. Hay una venta futura que debe favorecer. Esa venta no siempre es material, el retorno puede ser de otro tipo, aunque permitidme la simpleza, al final, al final del todo, siempre anda poderoso caballero. 
El caso es que hoy me he topado con esta desagradable campaña católica: 



Me parece tan soez y tan burda como injusta. Me encantaría ser multimillonario y forrar las marquesinas de mi ciudad, las navidades del 25, con carteles que rezaran, nunca mejor dicho, hoy celebras el nacimiento de un inmigrante y mañana dejarás que mi patera naufrague. Decidme la verdad ¿conocéis a alguna mujer que haya sufrido un aborto? Y digo sufrido en las dos posibilidades manejables, de la interrupción voluntaria y la no deseada. En ambos casos se trata de sufrir. Porque abortar no es ir al punto limpio de dejar un colchón viejo. No, es una situación engorrosa, en lo físico y en lo moral, que hace que cada mujer, al menos que yo conozca, que haya pasado por ello, fuera una antes y terminara siendo otra después. Es demagogia, y de la barata, frivolizar con esto. Porque insinuar la frivolidad ajena es otra forma de hacerlo. Por eso, respeto profundísimamente a las personas que deciden llevar el embarazo a término y con la misma profundidad, e igual nivel de empatía lo hago con aquellas que no lo hacen. En nuestro caso, apoyado en la fe ciega por mi pareja, decidimos no hacernos la prueba porque teníamos claro que de haberse dado el caso, no hubiéramos interrumpido el embarazo. Pero jamás se me ocurriría pintarle la cara a quien hubiera hecho lo contrario. La Iglesia, en su afán de crear conflicto para pescar a los timoratos, termina sacando lo peor de las religiones, ese famoso o conmigo o contra mí que las hace tan peligrosas. No comparto estas soflamas. No lo haré jamás. 


21 de marzo de 2025

 GOBERNAR FUERA DE LA VOLUNTAD POPULAR: 

A mí, que debo ser bastante raro, no me preocupa con quien tenga que pactar el gobierno para legislar. Y esto, aunque os pueda sorprender, incluye a Vox. Mientras haya votos de por medio, creo que la línea de flotación democrática está asegurada. Lo que me inquieta es que el gobierno tenga la capacidad de gobernar sin pasar por el Congreso. Y me da igual que gobierne la izquierda o la derecha. Tiene que gobernar por medio de los votos de sus señorías, porque el Congreso es la sustanciación de la voluntad popular. No votamos a un gobierno, votamos a unos congresistas que eligen al gobierno. Por eso, porque unos votamos a unos y otros votan a otros, es obligatorio que toda decisión relevante pase por el Congreso, que es lo más parecido a que pase por el conjunto de la ciudadanía. No hablaré de dictaduras, pero sí de una democracia a revisar, si el gobierno tiene herramientas legales para gobernar fuera del Congreso. Llamadme raro...

20 de marzo de 2025

 MIEDITO: 

Han aparecido unas pintadas falangistas y ultracatólicas en la puerta del despacho de un profesor de derecho de la universidad de Sevilla. Ya me preocuparía, sin más, que personas que piensan que los rojos fusilados en la Guerra Civil se lo merecían sepan escribir, sino que, encima, tengan el servicio neuronal mínimo para terminar un bachillerato, superar la prueba previa y presentar los papeles para que se les admita en la facultad de derecho. Pero claro, lo verdaderamente preocupante es que tengan la capacidad suficiente de acabar la carrera, y que terminen ejerciendo, y defendiendo el derecho y la ley por ahí, con esa ponzoña ideológica. Madre, ya puestos a ponernos alarmistas, lo que de verdad me asusta, y mucho, mucho más que la inmigración o la ocupación, es que alguno de estos que se ha tomado la molestia de comprar un rotulador de los gordos, acercarse a la puerta de un profesor y defender la verticalizad de la Cruz que nos avergüenza a buena parte de los madrileños que conozco, lo que me asusta, digo, es que alguno de estos tenga la malísima idea, y las capacidades, de prepararse para la judicatura. Que alguno de estos descerebrados termine como juez es el verdadero drama que nos debería ocupar, y no tanto las grietas del estado pasada Zaragoza...



19 de marzo de 2025

 FRUSTRACIÓN: 

Situación previa: humedad en la vivienda que está afectando al garaje de la comunidad. 

A partir de ahí...

Tenemos un seguro (por ahora no diré la compañía...) al que acudimos para que procedieran a reparar la avería. 

PASO 1: Toman nota del siniestro (incluyo fotos) para llamar a un profesional. Se pondrán en contacto. 
PASO 2: Contacta la empresa que hará la reparación (al día siguiente), un profesional se pasará en 7 días (tienen mucho lío) para valorar. 
PASO 3: El profesional se presenta, tres horas tarde, mira la humedad y dice que alguien tiene que venir a ver dónde está la pérdida. Mi pregunta es ¿a qué venía él? No hay respuesta. 
PASO 4: Me dan cita para la semana siguiente para que ese profesional, que no era el primero, acuda a la casa con el material necesario para detectar la fuga, que según el primero, era de la calefacción. 
PASO 5:  El especialista en detección no detecta, y me dice que si no es de la calefacción él no puede seguir buscando, porque aunque sabe, en el parte sólo pone revisar calefacción. Al final da con un punto, del que yo, lógicamente, especialista en nada, no tengo por qué dudar y doy por bueno. 
PASO 6: Contactan conmigo para preguntarme si abren por el suelo del salón o por la cocina. Esto es como si un médico te preguntara ¿qué prefieres, catarro común o proceso vírico? No tengo ni idea, deben decidir ellos, los profesionales (¡ja!). Deciden suelo salón, dos días después iría el profesional (y dale) en suelos para levantar. 
PASO 7: El profesional levanta, con la noticia de que por el tipo de suelo no podrá volver a poner, nos van a tener que cambiar todo el salón. Dice que no tiene buena pinta porque el suelo está seco...
PASO 8: Contactan porque tiene que ir un ¿imaginas? ¡profesional! para picar y arreglar. Lo hará 5 días después...tienen a todos sus "profesionales" ocupados. 
PASO 9: El nuevo profesional, muy profesional él, mira el suelo y no ve nada, pica la pared y tampoco. Determina que deben venir de nuevo a detectar donde está la fuga.
PASO 10. Contactan conmigo para concertar cita para la nueva prospección, me sugiere que sea el mismo que ya lo intentó, que esto es como aceptar que el cirujano que se ha equivocado de pierna de primeras te opere la correcta de segundas...pero llegados a este punto de aturdimiento, con que vaya uno, me vale. Me citan para cuatro días después...



De momento, no hay más capítulos. Recapitulo, valga la semi redundancia: camino de un mes después de la llamada sigo con la avería y ahora tengo el suelo levantado y la pared abierta...

Y lo peor no es la mala pinta que tiene, y lo que me puede gravemente afectar a nivel personal por la situación en la que nos encontramos con la casa, sino que no hay, no digo ya una persona, sino un departamento al que poder pillar por banda y exigirle que ponga solución. Es el perito, es el fontanero, el que el fue, fue el que no fue, eso es la compañía...Y yo, mientras, con la casa empantanada y acordándome de la madre del topo...

13 de marzo de 2025

 DEPORTE, FOROFISMO Y HACERSE MAYOR: 

Mis hijos no lo entienden. Yo a ellos sí. Es cosa de la edad. La madurez, que, por otro lado, y más en esto de las aficiones deportivas, no llega a todos con el mismo rigor. Con veinte años disfrutaba de la polémica, entraba al trapo, digamos que, como forofo, me besaba el escudo. Símil muy apropiado. Luego te vas dando cuenta de que no es para tanto y que lo más inteligente es disfrutar de lo bueno y sufrir lo menos posible. ¿Fácil? No, para nada. Pero hay que intentarlo. Y también te das cuenta de cosas como que en los otros equipos también hay gente a la que quieres, con lo que ¿por qué no alegrarse por ellos? Eso no me resultó tan difícil. Con esa premisa, y por el medio un entrenador (Mourinho) que casi me hizo renegar de mi afición blanca, he llegado a un punto en el que, sin dejar de ponerme nervioso, no pierdo las formas con el fútbol, que casi siempre veo en la intimidad, y jamás resulto ofensivo. Y como madridista, disfruto de los jugadores elegantes, en la victoria y en la derrota. Y eso es lo que mis hijos no entienden. Ayer, que el Madrid pasó por suerte (no para nosotros, sino por lo que supone de suerte eso de las tandas de penaltis) a cuartos de la Champions, Vinicius tuvo la brillante idea de poner su chaqueta en el césped, escudo bien visible, y dedicar el gesto a la afición rojiblanca. Que qué hubiera hecho yo si me hubiera colgado de un puente un muñeco con mi cara y mi nombre. Eso me dijeron mis herederos. Bien, yo no soy jugador del Real Madrid, ni me debo, mientras visto esa camiseta, a los principios de la empresa que me paga. Yo mismo, en mi día a día, puedo permitirme ser maleducado, es mi responsabilidad, en cambio, si estoy trabajando y represento a mi empresa, la exigencia es otra. El problema es que buena parte de quien dirige la empresa que paga a Vinicius es también un forofo, porque sí no hoy, el director de la misma, llamaría a consultas al jugador y le exigiría el respeto debido a la afición contraria que, como no es profesional, la afición, digo, tiene derecho a meter la pata. Tenemos que diferenciar aficionados y profesionales, a la hora de exigir respeto. En eso el fútbol tiene mucho que aprender del baloncesto. Estoy casi seguro de que dentro de treinta años mis hijos pensarán algo muy parecido...espero. En eso estamos. 

12 de marzo de 2025

 A VUELTAS CON LAS MENTIRAS: 

Esto lo he escuchado yo. No me han dicho que han dicho que dijo. No, una persona, con más de cuatro décadas a las espaldas, de mi entorno relativamente cercano. La idea: en un documental vio que hay barrios en Madrid en los que las mujeres ya no van a los gimnasios porque hay hombres que, haciéndose pasar por mujeres (me siento mujer) exigen usar el vestuario femenino y ante las quejas, e incluso la llegada de la policía, lo que se produce es una amenaza de denuncia por lgtbifobia. Estuve a punto de cantar aquella serenata infantil de "las chicas de mi barrio ya no van a la piscina porque dicen que han visto una..." En fin. Si esto lo hubiera dicho cualquiera de mis hijos lo primero le hubiera pedido que me enseñara su fuente de información. Haciendo una búsqueda en chatgpt veo una noticia sobre un caso en el SAMUR madrileño en el que no se habla de falsos casos de transgénero con eróticas intenciones, sino en la incomodidad mostrada por algunas mujeres compartiendo espacio . Después revisaríamos sus rutinas a la hora de recibir información de las redes, la credibilidad de sus fuentes habituales, y trataría de insuflarle un necesario, vital diría yo, espíritu crítico a la hora de tomar por cierta una noticia. También herramientas de verificación, pero que sin ese espíritu crítico, entrarían en el rincón de lo inútil. Pero claro, como quien lo dijo no es mi hijo ni tengo responsabilidad alguna, alérgico al conflicto que soy, y egoísta hasta la médula, me limité a subir el volumen de la música y a seguir con lo mío. 

10 de marzo de 2025

 HABLAR PARA CONVENCIDOS: 

Me hago mayor, y no lo digo porque me claree la coronilla o se me platee la barba. Es por una desafección sectorial con los tiempos en los que vivo, modus operandi de la madurez tardía. En la política patria me acerco al estado crítico. Supongo que mi cojera ideológica ayuda a esta situación. El caso es que no entiendo la política opositora del PP. Llevo desde la pandemia pensando que viven en un constante mitin electoral. ¿Qué me pasa a mí con los mítines? Primero que no me gustan, y segundo que creo que siempre hablan para personas convencidas, porque solo un convencido (quien no piense igual que me ponga un ejemplo) acudiría a un mitin. Pues ahora organizan todas sus acciones con la misma limitada estrategia, solo critican, hablan, informan y opinan para personas que ya están convencidas. ¿Pensáis que un solo votante con dudas va a cambiar el sentido de su voto y hacerlo con la papeleta de la gaviota gracias al video de la Isla de las corrupciones? Que parece ser que no es el video, sino el primero, que vendrán más. Puede que me equivoque, pero luego, si en las elecciones repiten resultados y siguen en el mismo sitio, que no le den muchas vueltas, que se ahorren los sesudos análisis que aquí tendrán las claves de su fracaso. Mi consejo es tan sencillo que lo firmaría el mismísimo Pero Grullo: convenzan de que lo harán mejor que quien está en lugar de centrarse en lo rematadamente mal que lo hacen quienes están. De primero de sentido común. 

8 de marzo de 2025

 TARDE O TEMPRANO...LLEGARÁN: 

Parece ser que ya se puede encender una vela a la Santina en su cueva, cómodamente, desde el sofá de tu casa, digamos, madrileño, con solo deslizar un par de veces tu dedo por un dispositivo móvil. Esto demuestra que la Iglesia, cuando quiere, puede. Es decir, que si quiere estar a la altura de los tiempos, moderna y actual, sabe cómo hacerlo. Ahora tenemos que convencerla que en el resto de cosas, como el machismo o la tolerancia frente a la pederastia, desembarquen lo antes posible en el siglo XXI porque su pestilente permanencia en el medievo se nos hace, al menos a mí, insoportable. 



4 de marzo de 2025

 PANEL: 

Cuando tenía quince años no sabía que sabía que quería ser escritor. Leía poco, esa kriptonita evitaba que fuera consciente de mi superpoder (perdonad la arrogancia). No llovía, pero ya había nubarrones, muchos, amenazantes, acumulando todas las historias que no tardarían en empezar a salir. Entonces, una profesora nos arropó a varios alumnos, sobre todo alumnas, para crear una revista en el instituto. Participé en esa creación y en los primeros números. Después decidieron que un comic, bastante malo, por cierto, no estaba a la altura para ser publicado y como era algo rebelde contra la autoridad (bastante, diría yo) preferí sentirme ofendido y pensar que era un contubernio. La revista siguió su curso, aun guardo un par de números. Yo dejé el insti, con más pena que gloria, y hasta ahí. Hoy, 37 años después, ando buscando en la red imágenes sobre centros educativos de mi formación y me ha aparecido una imagen de la revista, como mínimo, del año 2023. Y aquí me tenéis, viendo la edición de Panel de hace un par de años, extrañamente orgulloso de mi pasado, en cierta medida, congratulándome con aquel adolescente barbilampiño, rebelde en la intimidad, pero tan cobarde y timorato como sería su yo adulto. Nunca es tarde, supongo...

La portada que adjunto, del año noventa, junto a la que he encontrado, fue obra de un tal Jairo, al que muchos no conoceréis salvo que os diga que ahora se gana la vida cantando, y muy bien, todo sea dicho, como De Pedro...