1 de enero de 2024

 LITERATURA Y FACTURAS: 

Que el alquiler no lo iban a pagar mis novelas lo tengo claro desde hace mucho tiempo. Hay, incluso, fecha para tal evento: el año 2004. Fue el último año en el que se celebró el premio literario La sonrisa vertical. Había participado y como en la lotería, uno sabe que no, pero ¿y si sí? El caso es que se declaró desierto por la baja calidad de las obras presentadas. Entre ellas la mía. Fue un auténtico bofetón de realidad. A mis 32 años arrojé el teclado y asumí que la literatura sería un vicio, como otro cualquiera. Con más gastos que beneficios. Y así ha sido hasta ahora. Hablamos de rentabilidad económica, porque escribir es una necesidad, y como tal, no requiere de rentabilidad para pervivir. Mis ingresos, hasta que decidí claudicar con Amazon, dependían de los concursos. Y, aunque he seguido ganando alguno que otro, la cuantía de los mismos es cada vez menor. Un día de estos el ganador tendrá que pagar. El 2023 ha sido el primer año completo con novelas publicadas. Tres en concreto (Trio de parejas; Canícula y El hijo del patriarca y la princesa rusa) Cerramos el año con este balance: 3 unidades vendidas de Trío de parejas. 37 de Canícula y 60 del Hijo del patriarca y la princesa rusa. Yo sé que es una miseria, que no da ni para cubrir gastos, pero aun así, me abruma pensar que puede que haya cien personas que tengan en su casa un libro mío...Aunque desde agosto nadie se haya interesado. Pero esa es otra historia. 

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