PLÁSTICO:
No soy partidario de trasladar al consumidor final la responsabilidad de salvar al mundo. No consumas agua, que hay sequía. No utilices el coche, que contamina. Recicla. Y ese largo etcétera de recomendaciones, más o menos inquisitivas, con las que van regulando nuestra conciencia. Pero sí que es verdad que me gusta tener claro lo que quiero. Con el plástico, por ejemplo. Se me ponen los pelos como escarpias cuando veo una naranja pelada dentro de un pack de plástico. No soy radical, entre otras cosas porque no me sale y sé que soy incapaz de mantener el ritmo; es decir, sigo comprando en el comercio en el que vi aquella aberración, pero sí que me autoimpongo una rutina: ante la duda, mejor sin plástico. De este modo, de manera práctica, ejerzo mi pequeña presión como usuario sobre los productores. Digo pequeña porque soy un grano en el granero, pero cuando muchos granos se ponen de acuerdo, lo sabemos, el granero puede cambiar de color. Me sentiría más orgulloso de ser un radical, de andar buscando productos, comercios, etc...pero no me sale. Asumo mis limitaciones. Ahora, en lo otro, como en muchos órdenes de mi día a día, soy muy, muy tozudo y tenaz. 35 años sin comer turrón...ahí lo dejo.
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