Si eres padre o madre de un niño o niña que ronde los cuatro o cinco años seguramente que te sonará lo que voy a contar. Hablas con la profesora de tu hijo y te cuenta que todo es A+, que participa en clase, que tiene espíritu, paciencia, colabora con sus compañeros, está siempre dispuesto...Entonces lo miras, con cara de angelote y de no haber roto jamás un plato, con esa medio sonrisa que va directa a tus defensas, y no terminas de creértelo. Hablas con los abuelos, y aunque sabes que el edulcorante de la baba constante y el trono que sabes tiene tu heredero en sus vida condiciona su respuesta, pero también te sorprende que jamás, ni una sola vez, pilles a tu hijo en un renuncio con ellos. Recabas más datos en el entorno y la sorpresa aumenta, todo el mundo dice que es una dulzura, que vaya niño más bien educado, paciente, atento, generoso, dadivoso...Después, ese niño al que todos elegirían como delegado de clase o presidente de la comunidad por aclamación, entra en tu casa, en tu vida, y se lanza al suelo a llorar porque no le gusta la cena, tira la esponja porque no quiere ducharse, tienes que repetirle una docena de veces una sencilla orden para que se decida a ejecutarla y siempre, todo, con la cantinela del gruñido constante y el llanto...¿sigo? Así que he decidido adoptar la acuñación que mi buen amigo Toni ha hecho de este fenómeno, con el que Iker Gimenez ha perdido una gran oportunidad de lucirse: nuestros hijos tienen, al menos, dos modos. Como los coches automáticos que tienen varios modos de conducción en función de tu interés. Pues ellos tienen el MODO COLE y el MODO CASA (school style y home style para los pijos). En el modo cole todo es de color de rosa, su comportamiento es ejemplar y es un angelote al que te comerías a besos. En cambio, en el modo casa es el niño insoportable, cabezón y caprichoso que tirarías por la ventana si no fuera lo que más quieres. Ahora, asumida la evidencia, solo nos queda descubrir donde tienen los pequeños diablillos el botón para cambiar el modo...¿alguien lo sabe?
12 de febrero de 2013
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2 comentarios:
como me suena la cantinela....
genial, como siempre....
si te sirve de consuelo los mios también tienen modo cole, modo casa, modo amigos, modo abuelos......
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