EN MAL MOMENTO

No se si os pasa. Yo lo llamo el síndrome: LLESIRIEMEVENSIL  "llego a un sitio donde todo el mundo está riendo y cuando me ven entrar se quedan en silencio" ¿Os ha pasado alguna vez? Es deprimente, y no es que te deje la mosca detrás de la oreja, es que se te mete en la boca y hace jujitzu con tus cuerdas vocales. Aunque reconozco que había una versión adolescente y fiestera que me fastidiaba mucho más. Esas fiestas de pueblo, esos diez días que son un no parar. Uno, dos, tres, el cuarto te flaquean las fuerzas, los párpados pesan una tonelada más cada cubata, estás llegando a la tara máxima y te dices, sufrir por sufrir nada, me voy a casa. Descansas como un angelito y a la noche siguiente, cuando retomas tu obligaciones para con las fiestas los recuerdos de la anterior son antológicos. Lo que te perdiste tío, que si mira lo que hizo no sé quien, que si mira como bailó en pelotas la morena de los pechos enormes, la barra libre final, la batucada…y maldices tu mala planificación. Pues ahora me ocurre esto mismo pero en una especie de microcápsulas radiofónicas. Por las tardes vuelvo del trabajo escuchando el "todo por la radio" de La Ventana de La Ser. Una de las partes que más me gusta son la tuiterías, que es una selección de los cuatro o cinco mejores tuits recibidos en la cuenta del programa. Hay algunos brillantes. Y el destino hace que esté siempre en la cuerda floja de la cobertura con un túnel. Es apenas un minuto en el que la radio pasa a ser un desagradable zumbido. Así que cuando llego a la boca del túnel y escucho el "y ahora ¡tuiterías!" me da una rabia tremenda. Pero lo peor de todo, lo que me saca de mis casillas y de mis carboneros es cuando terminado el pozo de cobertura la radio vuelve y entonces todos están muertos de la risa, una risa que se alarga para escarnio de mi mala suerte incluso con alguna puntilla del tipo, increible, estos tuits de hoy han sido increibles, los mejores en años. Lo reconozco, maldigo a Marconi con todas mis fuerzas.