Ayer, con el puño en alto, con la piel del alma de gallina, rejuvenecí 20 años. Volví a sentirme joven e ingenuo, creyendo que el mundo puede cambiar. Que otra realidad es posible. Por eso hoy prefiero, antes de que la realidad destruya mi castillo de arena, que hablen las imágenes en lugar de mis dedos...
11 de julio de 2012
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