La estrategia del calamar. Y mira que me he pensado el título. Porque la tentación era usar otros animales, no sé, la sabandija, la serpiente, la hiena, la zorra...pero al final he tirado por la metáfora puntual y no por una más genérica. Esa es la estrategia que ha seguido la siempre vigente presidenta de la Comunidad de Madrid, nuestra almorrana particular y cañí doña Esperanza. Ahora va y dice que si se pita el himno o al Rey que hay que suspender la final de la Copa. Bien, parece buena idea, apliquémoslo a otros ámbitos, por ejemplo, cuando abucheen a un congresista legítimamente elegido por el pueblo, pues que se cierre el Congreso y se celebre a puerta vacía...anda, coño, ahora lo entiendo, va a ser eso por lo que el hemiciclo está casi siempre vacío. Esta es una nueva versión del pan y circo, ahora pan y polémica. Esperanza es una Maruja 2.0, especializada en política, si queréis, pero que como esa vecina insidiosa, baja al portal cuando están hablando mal del presidente de la comunidad, que es su amiga, y suelta que la del segundo se la pega a su marido con el del sexto. Que si es mentira, que si no es verdad, que si yo la he visto, que si tal, que si cual, al final, el presidente, que es un inepto de tomo y lomo, se va de rositas. Pues eso, que vamos a meter ahí un poquito de polémica futbolera, sacamos a relucir nuestro patriotismo de quita y pon y que los tontos, que somos nosotros, nos enzarcemos en discusiones morales, éticas, sobre cuestiones banales e intrascendentes, mientras la tijera de su presidente sigue haciendo el trabajo. Y a todo esto me pregunto ¿silbar es un delito? porque si es así que vayan preparando las madmorras, porque en el Bernabeu hay decenas de miles de delincuentes cada domingo. Esperanza, eres la mejor. Yo creo que cuando haya una guerra nuclear, y sólo las cucarachas sobrevivan, ya tendrán presidenta: Esperanza.
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