7 de mayo de 2012

HABLAR DE NADA

Que unas son de Venus y otros somos de Marte es una falacia...! son dos planetas demasiado cercanos ¡
Como diría Goyo Gimenez, no lo digo, lo hago...
Un grupo de amigos, de estos de toda la vida, quedan para comer. Aperitivito cervecero, comida copiosa y un post con sus copas nada desdeñable. Después de cuatro o cinco horas cada colega retorna al hogar donde le espera su familia y sobre todo, su esposa/pareja. En todos y cada uno de los casos se producirá un suceso de esta guisa:
ELLA: ¿Qué tal?
EL: Bien, bien, divertido.
ELLA: ¿De qué habéis hablado?
EL: Uf, de nada.
ELLA: Cuatro horas comiendo ¿y no habéis hablado de nada?
EL: Bueno, sí, de cosas.
ELLA: ¿Y qué te han contado?
EL: Nada.
ELLA: Cuatro horas hablando ¿y no te han contado nada?
EL: Pues no sé que decirte...
ELLA: ¿Cómo está el pequeño de Fulanito? estaba pachucho...
EL: Anda, pues no me ha dicho nada...
ELLA: ¿No le has preguntado?
EL: No...
ELLA: ¿Y el padre de Menganito? estuvo ingresado la semana pasada
EL: Pues tampoco nos ha contado nada...
Está conversación, o en términos similares, y que he decidido zanjar aquí por no herir sensibilidades, se produciría en todos los hogares al retorno del macho ibérico de una jornada de jarana. Y es que nuestras mujeres no terminan de entenderlo, pero los hombres, y esta es una verdad como un templo, somos capaces de estar horas hablando de nada. De verdad...de nada...

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